Melissa Baldera es parte del equipo peruano que competirá en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Melissa Baldera es parte del equipo peruano que competirá en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

Aquel día despertó, abrió los ojos y su campo visual había disminuido. Por el ojo izquierdo veía como si mirara por la cerradura de una puerta y sin claridad. “Con residuo visual”, dice. El lado derecho se mantenía en su estado original, sin visión de nacimiento. Leucoma es el diagnóstico. Pese a la operación de aquel día, su visión, con la mayoría de edad encima, sufrió una disminución drástica.

El deporte fue una nueva forma de mirar la vida. Las pistas de velocidad de 100, 200 y 400 metros son la ruta por donde vence los obstáculos del azar. Melissa Baldera es parte del equipo de 11 paradeportistas que representará al Perú en los de Tokio, que empiezan este 24 de agosto. “La lotería Torito de Oro es un beneficiario que apoya al Centro Para Deportivo sin Límites, y me ha dado soporte en la formación como deportista”, me dice. Es su primera vez en Tokio y su primera paraolimpiada.

Son cinco hermanos. Ella es la del medio. La única deportista y la única de la familia con discapacidad visual. Lo poco que ve es borroso, eventualmente podría distinguir colores. Pero le basta para continuar el camino. Hoy está llegando a . Partió hace dos días. Hay nervios, pero también la serenidad que el deporte le ha enseñado.

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-¿La pandemia ha sido una oportunidad para prepararte más rumbo a Tokio o, más bien, ha frenado tu ascenso?

No ha beneficiado. Ha sido un pare y no hemos tenido un entrenamiento adecuado. En abril de este año estuve en Suiza, el primer torneo internacional en la pandemia. Luego vino México, donde mejoré bastante la marca personal.

-A los 18 años se agudizó el problema de la falta de visión. ¿Por qué?

Se me elevó la presión ocular y bajó la visión, en el año 2014. Yo fui a mi control en el hospital y el doctor me dijo que me tenía que atender de emergencia. Tenían que ponerme una válvula para controlar la presión, para tener algo de residuo visual. A la semana me operaron, pero al salir mi visión había disminuido mucho.

-¿Antes de la operación veías normalmente?

No al 100%, no con claridad de lejos, pero era independiente, me podía movilizar sola.

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-¿Qué pasó luego de que perdiste la visión en el ojo izquierdo?

Fue como entrar en depresión durante más de un año. Pero en mi control del hospital me recomendaron ir a un centro de rehabilitación, donde me enseñaron el uso del bastón, que se podía correr en carreras de calle. Así comencé antes de entrar al tema de velocidad.

-¿Y a los 18 años qué estabas haciendo?

Estaba estudiando enfermería. De niña decía que quería ser doctora. Me llamó la atención porque es una forma de ayudar a las personas para que estén bien de salud, para que no se sientan mal.

-¿Les preguntabas a tus padres por qué no podías ver por un ojo?

Quizás sí. Pero me explicaron del tema congénito y creo que pese a eso, ellos nunca me limitaron, estudié en colegio regular e hice mi vida como toda niña.

-¿Antes de los 18 ya hacías algún deporte?

Me gustaba jugar vóley y estar en los campeonatos de los colegios y por mi casa; competía con mis primos y amigos de la zona. Pero con la depresión ya dejé de estudiar, me desanimé y decía “¿para qué?”; yo misma me ponía limitaciones, porque era una situación nueva.

-¿Qué te hizo salir a adelante?

Al entrar al centro de rehabilitación, donde encontré gente que no tenía nada de visión; sin embargo, volvían a hacer su vida como si nada. También tener el apoyo de mi familia fue algo que me ayudó a levantarme. Ya luego estudié masoterapia y ahora quiero estudiar rehabilitación física. Me da satisfacción aliviar los dolores musculares, sentir el agradecimiento de los pacientes.

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-¿En qué momento el deporte se volvió una competencia?

Yo estaba corriendo en calle y un amigo me dijo que acuda donde un entrenador, pero yo fui solo para bajar mi tiempo en carreras de calle. Asistí y me empezaron a hablar sobre el paradeporte y los Juegos Parapanamericanos que estaban muy cerca. Comencé a entrenar recién en 2018 y ese año había un viaje a Barranquilla. Entonces, mi preparación la enfoqué para ese control, en velocidad, 100 y 200 metros. Hice el control y me acerqué mucho a las marcas de los Juegos Parapanamericanos, y me seleccionaron para ir a Colombia. Corrí 100 y 200 y en ambas pruebas llegué a la semifinal. Luego viajé a Brasil, donde mejoré ambas marcas e incluso alcancé la marca para los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, donde volví a mejorar mis marcas personales, que era uno de los objetivos, sobre todo por el poco tiempo que tenía de ser deportista.

-¿Qué hizo por ti el deporte?

Me ha hecho conocer múltiples discapacidades que capaz yo no tenía en cuenta. También darme cuenta de que a mi alrededor hay muchas personas con discapacidad que no se limitan. Mis compañeros son también una motivación, porque veo las ganas y empeño que ponen, el tiempo que le dedican. Yo creo que para la siguiente olimpiada tendremos más paradeportistas peruanos.

-¿El deporte te salvó?

Yo creo que sí. El deporte también me ha hecho madurar y crecer como persona, ser independiente. Pese a mi discapacidad, puedo hacer muchas cosas y no limitarme. El deporte cambió mi vida.

Melissa Baldera es parte del equipo peruano que competirá en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Melissa Baldera es parte del equipo peruano que competirá en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

-¿Cómo imaginas el debut en Tokio?

Algo emocionante, sé que a la distancia mi familia estará pendiente. En 400 quiero quedar entre las ocho, en 200 bajar muchísimo más la marca, al igual que los 100 metros. Será la segunda vez que corra 400 internacionalmente.

-¿Te ves en el podio?

Aún no es tiempo. Creo que será para los juegos en París.

-Eres cautelosa.

Si entreno durísimo, puedo mejorar muchísimo, muchísimo más.

AUTOFICHA:

- “Soy Zaida Melissa Baldera Anaya. Tengo 25 años. Nací en Lima. La primaria la sobrellevé; si no distinguía la letra, me acercaba a la pizarra o me sentaba adelante. Pero en secundaria me daba vergüenza acercarme a la pizarra; tuve amigas que me apoyaron un montón”.

- “Hasta ahora el gran logro como paradeportista es estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio, pese al poquísimo tiempo que tuve para prepararme y el obstáculo de la pandemia. Estoy segura de que en Tokio me irá mucho mejor que en México, donde competí hace poco”.

- “Mi sueño es estudiar rehabilitación física, clasificar para Santiago 2023, obtener una medalla y poder clasificar a los Juegos Paralímpicos de París, y también sacar una medalla. Creo que soy cautelosa en mis objetivos, porque el tiempo ayuda un montón para prepararme adecuadamente”.

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