Cuando uno piensa en imitadores peruanos, es imposible no pensar en el nombre de Guillermo Rossini. El cómico comenzó su carrera artística hace casi 60 años con Augusto Ferrando. En plena pandemia, con mucho pesar, ha decidido retirarse, pero la chispa y la alegría con la que me recibe en su casa, evidencian que la edad es solo un número.

¿Cuántos años estuvo en RPP?

Aunque no lo creas estuve más de 52 años. Yo ingresé cuando no había vía satélite ni microondas y todos los programas se grababan. RPP no tenía planta. Se hacía por intermedio de una radio local que estaba en el Jirón de la Unión. Como no había vía satélite, se tenía que enviar a provincia, no salía directamente. Con los años ha avanzado enormemente la comunicación. Todo sale en el momento. Antes, hasta en la radio y la televisión, a las 12 de la noche, se terminaba la transmisión y se cantaba el Himno Nacional. Después grabábamos los programas hasta las 7 u 8 de la mañana y de ahí me iba a trabajar como visitador médico.

¿Usted había planificado su retiro para este año o hubo algún factor que hizo que se adelantara?

Por la pandemia se ha acelerado todo esto. Yo no estoy muy metido en las comunicaciones como ahora que se transmite con el Zoom. Yo estoy en la televisión blanco y negro todavía. No es lo mismo estar presente en la radio con todos, el sonido no es lo mismo. No sale bien. Uno se siente gritón, el otro no. Realmente por eso decidí retirarme. También es un peligro estar metido en la radio porque es un medio de contagio.

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¿Ya extraña a su público?

Lo bonito es que recibo infinidades de llamadas telefónicas y mensajes diciéndome que se me extraña. 50 años metido en la radio, la voz de uno es inconfundible. Extrañan mi voz por todo lo que hacíamos. Improvisábamos mucho y hoy en día es diferente con la pandemia. Y esto va a durar mucho tiempo aún. Esto tira para 2 años o más para normalizarse la situación. Nunca he visto yo tantas desapariciones de compañeros y conocidos del ambiente que han muerto por la pandemia.

Uno de sus programas más memorables ha sido Los Chistosos que ya tiene casi tres décadas al aire.

El programa de Los Chistosos va por los 29 años. Yo creé estos personajes y le puse de nombre Los Chistosos. Comencé con Fernando Armas, a quien admiro muchísimo. Era un joven muy talentoso y teníamos una audiencia enorme. Después ya jalé a Hernán Vidaurre y a Giovanna Castro quienes nacieron conmigo, antes nadie los conocía. Y han progresado una barbaridad, son grandes imitadores, realmente los admiro. Y después Manolo Rojas, no solo improvisando sino también que tiene una voz prodigiosa para cantar. Un gran amigo y lo admiro muchísimo.

¿La imitación es una forma de halago?

Las imitaciones hay que hacerlas con mucha altura y mucho respeto. Nunca he tenido ninguna queja de ningún político, al contrario, yo comencé a imitar a políticos cuando trabajaba con el ‘Negro’ Ferrando y la primera imitación fue a Manuel Prado. Tú no habías ni nacido (ríe).

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De todos los personajes que ha tenido, ¿Cuál ha sido el más memorable?

De políticos, Barrantes, porque se hizo muy amigo mío. Después, también, Grados Bertorini (lo imita): “Hay que hacer la concertación”; también gran amigo mío. A Barrantes yo lo admiro mucho porque a pesar de que no coincidía con la Izquierda Unida, fue un hombre honrado. Es el único alcalde que conozco que murió pobre.

En una entrevista, hace poco usted dijo que no se despidió en público porque usted es muy sentimental.

Hubiese querido despedirme, pero soy muy sentimental, medio ‘lloriqueón’ (ríe). Pero feliz y contento porque le debo mucho al público, su reconocimiento es el mayor regalo, porque cuando salgo a la calle te abrazan, las señoras se acercan a darme besos, ese es el mejor premio que puedo recibir, el cariño del público.

¿Hay que ser sensible para ser artista?

Bueno, sí. A pesar de que nosotros hacemos reír y buscamos una risa en este país con tantos problemas, se ha comprobado que las risas protegen de muchas enfermedades. Cuando era visitador médico, me llevaban con los hermanos Cachirulo y Copetón y hacíamos shows alegres y los médicos me decían que los pacientes se sentían aliviados y que se les levantaba el espíritu. Después salieron las narices rojas. La gente me pedía que fuera a visitar a sus familiares y yo subía a animar a los pacientes.

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¿Esto lo animó a querer dedicarse a la comedia?

Sí. La risa es algo que necesitamos todas las personas. Una persona con una risa se hace más agradable, más amena la conversación.

Ya le pusieron la segunda vacuna. ¿Se siente más protegido?

Con la segunda dosis ya hay una protección. Pero felizmente ha sido la Pfizer que es de las mejores. Nos sentimos protegidos, pero igual hay que seguir cuidándose, con la mascarilla y lavarse las manos contantemente, y también echarse alcohol. Mi señora es maniática y todo el día estamos con el alcohol en las manos. Mi esposa me cuida y es ella la que se expone cuando hay que salir a los bancos o a los centros comerciales. Esto ha traído un retraso a la economía. Hay 1.5 millones de desocupados. Nos ha afectado mucho y hay que ser un genio para poder salir de esta.

Volviendo a su carrera. Usted estuvo en Risas y Salsa. ¿Podría funcionar hoy?

Ahora la televisión ha cambiado bastante, es mucho más agresiva. Antes nosotros buscábamos dar un mensaje para evitar ciertas costumbres, ahora es muy diferente.

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¿La creatividad es algo con lo que se nace o algo que se puede construir?

Es algo con lo que se nace. El que es humorista o chistoso nace. Yo desde muy pequeño imitaba al profesor, al director, les ponía ‘chapas’, por eso me sacaban del salón a cada rato (ríe). Es algo con lo que se nace, como un cantante.

Mucha gente busca la fama a toda costa. Sobre todo los jóvenes.

Ahora los jóvenes quieren salir en la calle y que todo el mundo se le acerque. Ahora son así, pero siempre ha habido ese exhibicionismo de algunos artistas. Yo siempre he tratado de ser humilde, abrazando hasta al wachimán de la puerta. Hay que ser humilde en ese sentido.

¿Usted siente que tuvo que sacrificar algo para lograr la trayectoria que ha tenido?

No, al contrario. He tenido muchas actividades a la vez. Radio, televisión, visitador médico, he sido regidor de Jesús María en dos oportunidades. Cuatro cosas a la vez.

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Hay muchos jóvenes que anhelan con ser cómicos. ¿Qué recomendación les daría a ellos?

Tienen que ser creativos, tener ideas, tener mucha chispa y no ser copiones. Hay que saber improvisar, eso es lo importante en un cómico.

AUTOFICHA

Nací el día 3 de septiembre de 1932, en Lima, jirón Callao; antes cada cuadra tenía un nombre, en la que nací se llamaba calle Piedra. Comencé mi carrera con Augusto Ferrando en el Hipódromo de San Felipe, en 1959, en un concurso de imitaciones. Yo gané la competencia”.

“Por mucho tiempo he leído editoriales de Perú21 y lo hacía con la voz de Juan Ramírez Lazo. Estoy muy agradecido con que hayan venido a visitarme. Un abrazo fuerte a todos sus lectores”.

“He trabajado casi en todos los canales de televisión. En Telecataplun, Teleloquilandia, Estrafalario, Humor Redondo, Risas y Salsa, Yo amo a mi Mujer, Risas de América, 20 Minutazos, Noti Rias y muchos más. Trabajaba con mi padre en negocios de escultura, estudié en la escuela de Bellas Artes”.

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