Eduardo Cabra, quien fuera ‘Visitante’ en Calle 13, presenta su nueva faceta en solitario.
Eduardo Cabra, quien fuera ‘Visitante’ en Calle 13, presenta su nueva faceta en solitario.

Su padre tocaba en “la placita” de Santurce hasta que llegó la pandemia. Lo hacía todos los sábados con un grupo de salsa. Pese a que sus hijos, Eduardo y René, también conocidos como , han alcanzado más de una cima en la música, él no dejó “la placita”. “Es una necesidad de conectar con la gente, de tocar en vivo. Es una droga. Yo entiendo a mi padre. Él no va a parar nunca, él va seguir”, dice el hijo.

En un tiempo en que se peleaban rockeros y salseros, su padre le hacía escuchar Rubén Blades y Led Zeppelin. Desde entonces, ese momento corre por el ADN musical de Eduardo Cabra, que este año dejó de ser ‘Visitante’ para convertirse en simplemente Cabra. Primero fue “La cabra jala pal monte”, que se nutre del trap, y ahora presenta “La ventana”, donde parte de la . Ambos alumbrados por los brillos de la electrónica, entre otros sonidos. Y ahora se prepara para un tercer single que amalgama el post punk con el folclor de su natal Puerto Rico.

Estudia música desde los 6 años, pero siempre piensa en un plan b. Por eso estudió Programación de Computadora y Contabilidad. “Por si las cosas salen mal”, aclara. Pero hoy ya no hay vuelta atrás. “El futuro mío va estar en la ”, me dice en una videollamada desde su casa en Santurce.

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-¿Cómo se vive la pandemia en Puerto Rico?

Era necesario pararlo todo y cambiar prioridades. Pero no le doy un abrazo a mi madre desde febrero. Ella es trabajadora de la salud.

-¿Cómo entender el accionar de personajes como Trump en esta crisis sanitaria?

Realmente, no sé. Ese tipo de personas tiene la estrategia de dividir al pueblo para triunfar. Estos cuatro años de Trump los he vivido de cerca, porque Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos. Trump es mi presidente, pero Puerto Rico no puede votar por él. Además, el gobierno de Puerto Rico es súper corrupto. Yo siento que los puertorriqueños han sido abusados históricamente por EE.UU. Tenemos que tomar acción y resolver el problema.

-Increíble que en 2020 sigamos hablando de un país en términos de “colonia”.

Es increíble. Es algo retro. Es un abuso. Cuando estoy entrando a los EE.UU. siento que no me van a dejar entrar, entro con miedo. Eso es parte del abuso.

-Y entonces, pensando en tu reciente single, ¿para qué abrir la ventana?

Es una limpieza. “La cabra jala pal monte” fue un despojo.

-¿Es como, por fin, salir a volar?

O que entre brisa por la ventana y que se limpie todo. Que salga la humedad.

-¿Por qué esa necesidad?

Este proyecto es muy personal. En cada tema que estoy tirando es como un exorcismo de las cosas negativas. Una terapia que, al final, espero que se complete cuando saque el disco el año que viene. Cada canción tiene que ver con lo que yo vivo, los complejos, las inseguridades. Es simplemente tirarme al medio, tener las cuentas claras, consolidar todo el trabajo de vida.

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-Cuando se va a terapia es porque, quizás, algo está mal. ¿Es tu caso?

O bien. Decir las cosas es terapéutico. No solo cuando uno está mal hay que decir las cosas. Cuando salió “La cabra jala pal monte” me hizo mucho bien. Matar la figura de ‘Visitante’ y consolidar todo el trabajo bajo un solo sombrero, que es Cabra, me hizo súper bien.

-En “La ventana” dices “ego desorbitado”. ¿Por qué?

Yo creo que es necesario reconocer el ego, y trabajarlo. Cada uno tiene su porcentaje de ego, el problema es cuando se sale del cauce.

-Quieres “desnucar el pasado”, pero muchos artistas, más bien, viven del pasado.

En este caso, el pasado me ha dado unas cosas chéveres que estoy viviendo. Pero también el pasado me ha dado cosas que no han estado tan nítidas. La idea no es borrar el pasado, es simplemente no darle tanta importancia, aunque pasaron cosas importantes que las disfruto ahora. Hay que darle importancia a cosas que quizás antes yo no le daba importancia.

-¿Cómo qué?

El trabajo previo, los inicios, las decisiones que tomé en mi adolescencia, los tiempos de universidad, las giras que hice en ese tiempo, los amigos. De cierta manera, me estoy preparando para defender este proyecto hasta que me muera. La muerte de la figura de ‘Visitante’ no significa que rechazo el trabajo que hizo. Se trata de consolidarlo y darle orden a lo que viene.

-“La ventana” viene en clave de cumbia electrónica. Me hace recordar a un dúo peruano que se llama Dengue Dengue Dengue.

Alguien los citó en un comentario. No los he escuchado. La referencia del tema fue más para la cumbia villera, que tiene como algo roto dentro del ritmo que me parece tan rico. Tiene una cadencia importante que lo tienen muy pocos géneros. En mi vida he hecho cumbias que han tenido relevancia, comenzando por “Atrévete-Te-Te”, un reggaetón medio cumbioso. Después está “La cumbia de los aburridos”, conectando más con la cumbia colombiana. Hice otro que se llama “Tal para cual”, el más electro de todos.

-¿La cumbia tiene un potencial que aún no valoramos del todo?

Lo que hace la cumbia es increíble. Yo creo que la cumbia une a América completa. Diferentes países la interpretan de distintas maneras, pero en esencia es más o menos la misma cadencia. La cumbia es el denominador común de América.

-¿Más que el reggaetón?

La cumbia viene de generaciones. Si nos ponemos a hablar del reggaetón, vamos a irnos por un hoyo negro pa' abajo, porque –hablemos claro– el reggaetón tiene un auge increíble, pero ahora mismo, como está la música, que está todo el marketing y la prensa, todo manipulado, uno no sabe cuál es el real impacto de las cosas. Lo que supuestamente está pegando es lo que consumo en las redes o en el teléfono, y eso está súper manipulado. ¿Cuál es el impacto real del reggaetón? ¿Los números? Los números también se manipulan, como el algoritmo, que se usa a favor. Todo es muy confuso.

-¿El reggaetón está sobrevalorado?

Puede ser. La cumbia viene de generación en generación y ha ido mutando. Y el reggaetón, por lo menos en Puerto Rico, se consume desde la mitad de los 90.

-Bueno, en el Perú la cumbia tiene más de 50 años.

Y aquí en Puerto Rico no se consume cumbia.

-¿Y qué pasó con la salsa?

Yo escucho salsa de los 70. Cuando entramos a la salsa romántica, como que no conecto. Yo conecto con Ismael Rivera, que es un monstruo. Un factor puede haber sido lo grande que eran las orquestas, como que todo se empezó a mover a un sonido más electrónico. Cada género tiene su momento. Puerto Rico se ha destacado históricamente por el trabajo musical. Antes de la salsa hubo proyectos que destacaron. El petróleo de este país es la música. Y lo bueno es que salen proyectos eclécticos. Tienes Calle 13, Ricky Martin, Ismael Rivera. Creo que es una virtud de la región, del Caribe.

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-Me dices que tu padre les hacía escuchar salsa y rock. ¿Por qué no fuiste ni salsero ni rockero? ¿O te sientes rockero?

(Risas). El rock no lo veo como género, es una actitud, es una manera de funcionar, de trabajar. Es como el punk, que dejó de ser un género y se convirtió en algo. Es como el urbano. Hoy lo que llamamos urbano lo veo más pop que urbano. Lo urbano es una actitud. No critico lo pop, está bien. Pero las cosas como son.

-¿Que hayan pasado seis años para que te lances en solitario es porque te cuesta el protagonismo?

Es que siento que no estoy siendo protagonista. La idea no es buscar el protagonismo. Lanzar en pandemia me da tiempo a procesar lo que pasa con el proyecto y me da tiempo para organizarme para cuando tenga que defenderlo en un escenario. Esa situación incómoda que me genera el protagonismo es lo que me mueve a hacerlo. No puedo permitir que esa incomodidad me gane.

-Luchas contigo mismo.

Claro. Y es parte de la propuesta: lo vulnerable que me siento y me estoy tirando al medio. Esta pandemia también le ha dado a uno la fuerza de decir “pal carajo, vamos a hacerlo”, y no ser tan exigentes, no juzgarse tanto y hacerlo.

-¿No extrañas Calle 13?

Pues mira, te soy completamente honesto: más que extrañar a Calle 13, extraño a mi hermano.

AUTOFICHA:

- “Soy Eduardo José Cabra Martínez. Tengo 42 años. Nací en Santurce, Puerto Rico. Tengo grado universitario en Programación de Computadora y Contabilidad. Cuando me gradué en la universidad, dos meses después me fui a tocar a California”.

- “Con Calle 13 he publicado cinco discos. Pero he producido más de 20 discos en los últimos cinco años. Entre otros, a Jorge Drexler, Cuarteto de Nos, La Vida Boheme, Monsieur Periné, Gustavo Cordera. Estoy trabajando en mi siguiente single, que aún no tiene nombre”.

- “El siguiente single será post punk con folclore puertorriqueño. Y de hecho te recomiendo que escuches un disco que produje y salió hace unas semanas, que se llama Mandinga times, de Rita Indiana, y entiendo que es la mejor producción que he hecho en mi vida. Donde las canciones en sí son eclécticas”.

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