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Pasos perdidos
Sobre desencuentros y amenazas de renuncia en Gana Perú.
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Hace seis meses, Ollanta Humala asumió la Presidencia con el aval de una variopinta bancada que –según dijo entonces– era garantía de gobernabilidad. Esta semana, sin embargo, Rosa Mavila puso en evidencia que la lealtad de los 47 integrantes del bloque está pegada con babas y que, cuando se trata de defender los intereses personales, la dignidad bien puede guardarse en el bolsillo.
Luego vino el 'abrepuertas' de Abugattás a Mavila y a sus virtuales seguidores, que no tuvo ni por asomo el efecto de los 'cierrapuertas' de conocidas tiendas comerciales. Si bien es cierto hay descontento en la bancada y cada cierto tiempo algunos lanzan rumores de su partida, también lo es que ninguno de ellos está dispuesto a perder los privilegios que les da la camiseta de Gana Perú: léase cargos públicos, presidencias de comisiones, fajines ministeriales y –dicen por ahí– una que otra cena en Las Brujas de Cachiche. Y eso lo sabe bien Ollanta Humala, que se da el lujo de ningunear a sus parlamentarios, como lo hizo el miércoles 18, cuando los convocó a Palacio de Gobierno, por primera vez en lo que va de su gestión, y los tuvo en ayunas desde las 10 de la mañana hasta pasadas las 4 de la tarde. "Solo agua nos dieron", comentó un sufrido legislador de buen diente.
Lo que esperaban que fuera una reunión política, empero, resultó un fiasco. El "líder" solo tuvo esporádicas apariciones en escena y delegó en el premier la atención a sus invitados. Cuando por fin se sentó a escucharlos, las críticas a una funcionaria lo pusieron de mal humor. "¿Quién le manda a ella? Soy yo, ella se queda", espetó el caudillo cual general a su tropa. Santo remedio, nadie más reclamó. Días después, una despistada Mavila se lanzó a la piscina y se ahogó…
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