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"Cuando me retire, quiero ser alcalde de mi pueblo"

El director del penal de Lurigancho, el más hacinado del país, asegura que no es un hombre rudo, y dice que espera ser recordado por su honestidad.

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Fecha Actualización
Tomás Garay,Coronel PNPAutor: Iris Mariscal.imariscal@peru21.com

Causó polémica por obligar a todos los reclusos del penal de Lurigancho a raparse el cabello. El coronel Tomás Garay asegura que, pese a que actúa con firmeza frente a los más avezados delincuentes y narcotraficantes, es una "mantequilla" cuando juega con sus hijos. Él sueña con convertirse en alcalde de Zarumilla, en Tumbes, el pueblo que lo vio nacer.

Si no hubiera sido policía, ¿a qué se habría dedicado?Me hubiera gustado ser como mi padre: agricultor y ganadero. Creo que vivir en el campo es más tranquilo que vivir en una sociedad convulsionada como Lima.

¿Ha descuidado mucho a su familia a raíz de su trabajo?Esta es una carrera muy sacrificada y abnegada. A veces incomprendida, pero uno sabe que, cuando entra a esta institución, tiene que privarse de algunas cosas. Es parte del trabajo. Lo que a mí me hace feliz es que el reconocimiento por mi labor también llega a mi familia. Siempre trato de dedicarle momentos gratos.

Usted tiene fama de ser muy recto y no 'aguantar pulgas'. ¿Es así con sus hijos?No. La lección no entra con sangre, sino con el ejemplo. Yo soy un maniático del orden y del aseo. Felizmente, mi esposa también, y así hemos formado nuestro hogar. Es verdad que tengo un carácter fuerte, pero les doy mucho amor, cariño y seguridad. Todos los domingos los llevo a pasear y, por las noches, los hago dormir.

¿Ha tenido muchos problemas con su esposa por su trabajo?No. Mi esposa sabe cómo es mi trabajo. A veces me quedo a dormir en el penal hasta tres noches por semana. Sin embargo, a raíz de mi forma de trabajar, sí han tratado de hacerme pelear con ella. Una vez, cuando estaba en Ayacucho, me llamó para contarme que le habían dicho que yo estaba comprometido con otra mujer.

¿Le afectó que lo separaran temporalmente del cargo por el corte de cabello a los internos?No. No es la primera vez que me sucede. Hace unos años, cuando era comisario de Huánuco, también me separaron del cargo por un hecho injusto. Cuando uno tiene una política de transparencia y es antisistema, hay que estar preparado para todo. Es muy difícil que la gente acepte los cambios. Esas son las consecuencias a las que hay que estar expuesto.

Dijeron que ese hecho fue un exceso…Si poner orden y disciplina es un exceso, entonces sí me excedí. Yo escucho la opinión de todos y la respeto. Pero, acá, nadie puede poner en duda que somos respetuosos de los derechos humanos y de la dignidad de los internos. Nadie antes se ha preocupado tanto por ellos. Al margen de su condición, no dejan de ser seres humanos. Además, yo predico con el ejemplo. Llevo el cabello corto y les doy buen trato.

Ha hecho muchas requisas desde que ingresó…En cinco meses de trabajo hemos efectuado más requisas y más operativos de los que se realizaron en los últimos 10 años. Lo que prima acá es el orden, la disciplina y el aseo. Nosotros ya hemos sacado chips, celulares, laptops, gallos de pelea y otros artículos.

¿Cómo espera dejar el penal cuando finalice su gestión?Actualmente, Lurigancho está entre los tres penales más peligrosos del mundo. Mi objetivo es que llegue a ser considerado entre los tres más tranquilos. Estamos trabajando para eso desde el inicio de la gestión. Hemos avanzado en un 65 por ciento. Antes, los internos se robaban entre ellos, tenían verduguillos. Ahora prima la convivencia pacífica.

¿Qué es lo más gratificante que le ha pasado?Me declararon hijo predilecto de Huánuco en 2005 y 2006. También fui personaje del 2005 en ese mismo lugar. Ese año hasta le gané al obispo (ríe). Me siento orgulloso porque, cuando fui comisario, reduje la delincuencia en un 95%, pero nada fue gratuito. Me costó muchas noches lograr ese objetivo. Sin embargo, esta labor también tiene cosas contradictorias pues en mis 26 años de servicio tengo 16 hábeas corpus, cuando la mayoría de agentes no tiene ninguno.

¿Se considera una persona ruda?No soy rudo. Sí tengo carácter fuerte. Soy muy persistente y terco.

Cuando se retire de la Policía, ¿qué le gustaría hacer?Me encantaría volver al lugar donde nací, Zarumilla, en Tumbes. Cuando me retire, quiero ser alcalde de mi pueblo porque está plagado de delincuentes. No quiero trabajar en empresas de seguridad ni nada parecido. También me gustaría dedicarle mucho tiempo a mi familia para compensar todos estos años, en los que los tengo un poco descuidados por mi labor policial.

¿Cómo le gustaría ser recordado?Quiero que mi familia me recuerde como un hombre honesto.

AUTOFICHA

- Soy el menor de 14 hermanos. Mis padres eran analfabetos, y estoy orgulloso de decirlo porque, a pesar de eso, me criaron con honestidad y con otros valores.

- Estoy casado y tengo dos hijos pequeños. No tengo mucho tiempo para compartir con ellos, pero trato de dedicarles momentos gratos.

- Tengo 26 años de servicio. Actualmente soy presidente del Consejo Técnico Penitenciario. Doy calidad de vida tanto al personal que está a mi cargo como a los internos.