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Manoplas y mordazas
Parece que las visitas de Estado y la distancia de las pequeñeces políticas que ocurren a diario han relajado a nuestro mandatario, facilitando el que se haya sincerado con respecto a la ‘ley mordaza’ que algunos continúan empujando.
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Fritz Du Bois, La opinión del directorParece que las visitas de Estado y la distancia de las pequeñeces políticas que ocurren a diario han relajado a nuestro mandatario, facilitando el que se haya sincerado con respecto a la 'ley mordaza' que algunos continúan empujando.
Si bien el Ejecutivo observó el proyecto, lo hizo planteando cambios en la redacción, pero sin rechazarlo de plano o cuestionando su intención, la cual es la creación de una manopla para intimidar a los medios de comunicación.
Por ello, ha sido muy alentador escuchar a Humala declarando que los corruptos serían los beneficiados si ese proyecto fuera promulgado. Esperamos que su bancada le haga caso y revise su posición porque lo siguen apoyando con entusiasmo.
Por otro lado, el comentario presidencial coincidió con la publicación anual del ranking de libertad de expresión, en el cual nuestro país cayó fuertemente por segundo año, encontrándonos en el tercio inferior a nivel mundial. El deterioro ha sido causado por el incremento de las denuncias contra periodistas por supuesta difamación que el Poder Judicial está procesando.
Incluso, uno tiene la impresión de que luego de la sentencia que llevó a prisióna Magaly Medina a muchos se les abrieron los ojos para crear una nueva artimaña y obstaculizar las denuncias sobre corrupción. Con lo cual tenemos, ahora, una evidente tendencia a que los magistrados acojan con facilidad, y sin justificar, cualquier denuncia o querella contra un medio de comunicación. Antes, los fallos eran fundamentados cuando esos casos eran aceptados. Ahora los tramitan sin haberlos estudiado. ¿Qué puede haber inducido ese cambio? Cada uno tendrá su interpretación.
En todo caso, la mayoría de las denuncias son para intimidar con amenazas de prisión o de una millonaria compensación, y la ley que el Congreso insiste en promulgar encajaría como anillo al dedo en la protección a la corrupción.
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