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Nosotros juzgamos menos
Atención, escépticos y pinchaglobos, aquí les van mis respuestas a sus preguntas más frecuentes sobre El Valor de La Verdad.
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Beto Ortiz,Pandemoniobortiz@peru21.com
1. ¿No te parece indigno que la gente ventile sus dramas?Esa pregunta presupone que lo digno sería ocultar, maquillar, disimular, esconderse toda la vida tras el disfraz de la decencia inmaculada. No haría periodismo si no creyera en la necesidad de cuestionar y desenmascarar. La dignidad comienza por aceptarte ante los otros con tus más soberbios bemoles.
2. ¿Quiénes pueden ir al casting?Todos. Basta con ser mayor de edad, estar libre de antecedentes policiales, problemas de alcoholismo, drogadicción o tratamiento psiquiátrico. Y tampoco pueden ser amigos míos, así que dejen de llamarme.
3. ¿Es necesario haber tenido un pasado turbio o una vida desenfrenada para participar?No. Muchos de nuestros mejores concursantes son personas absolutamente comunes y corrientes que, sin embargo, quieren librarse de un gran secreto en sus vidas. O ciudadanos honestos y probos que se animan a confesar debilidades pequeñas, triviales y hasta risibles con las que nos podemos identificar.
4. ¿Por qué no hacen el programa en vivo?Es una estricta regla del formato. Hacerlo en vivo sería un riesgo. Las reacciones que el participante o sus allegados podrían tener ante determinada situación límite son impredecibles, y lo más sensato es tratar de tenerlo todo bajo control.
5. ¿Por qué el participante no tiene el polígrafo conectado durante el programa?Porque sería someterlo a mucha presión. Pasar la prueba del polígrafo ya es, de por sí, una experiencia intensa. Y sentarse en el sillón rojo, también. Aplicar las dos cosas juntas sería demasiado. La prueba del detector de mentiras se aplica poco tiempo antes de la grabación del programa y, a manera de constancia, las cámaras realizan apenas unas pocas tomas al inicio del test.
6. ¿De cuántas preguntas consta el test? ¿El concursante las conoce de antemano? Antes del test del detector de mentiras, el postulante no sabe qué le van a preguntar. El poligrafista le formula entre 50 y 80 preguntas y consigna en una tabla las respuestas al lado de los resultados del polígrafo. El día de la grabación, solo el jefe de investigadores y la locutora del programa tienen acceso a esa tabla. El participante ya sabe lo que le espera, y solo debe volver a responder 21 preguntas de ese mismo cuestionario. No hay lugar para la sorpresa.
7. ¿Cómo llegan a preguntas tan específicas? ¿Lanzan preguntas al azar hasta acertar con la verdad?Las preguntas se basan en una investigación previa y en una evaluación psicológica del participante. Familiares, amigos, parejas, empleadores… todos son entrevistados para poder elaborar el más completo perfil de la persona que va a concursar. Terminamos conociendo al competidor como si lo hubiéramos parido. O incluso más porque algunos padres salen sorprendidos. Ninguna pregunta es casual.
8. ¿Harán programas especiales con famosos? ¿Artistas, políticos, deportistas?Hemos grabado ya excelentes programas con un político y, también, con una artista, pero seguimos esperando a que cumplan con su palabra los dos congresistas que se comprometieron públicamente a participar: Omar Chehade y Verónica Mendoza. No tarden. La espera desespera.
9. ¿Es necesario que vayan parientes y amigos? ¿Cómo saben que son los verdaderos familiares?El sofá de los seres queridos es un elemento muy importante del programa porque le añade calidez, humor y drama. El participante elige a las tres personas con las que desea estar acompañado, y nosotros verificamos debidamente sus identidades en Reniec.
10. ¿Es relevante el orden de las preguntas?Absolutamente. Las primeras preguntas son apenas una gimnasia de calentamiento. A medida que el competidor va escalando la montaña, se va encontrando con pendientes cada vez más empinadas, y si decide continuar, enormes peñascos, y si se descuida, también el abismo.
11. Si ya escucharon las respuestas, ¿para qué sirve el polígrafo? ¿Cuál es la necesidad de usar la voz en off para confirmar? ¿Por qué no lo confirma el mismo conductor? Tanto el concursante como el conductor ignoran el resultado del test. Si yo lo supiera, podría sucumbir a la tentación de intentar salvarle la vida a algún competidor que me inspirara simpatía o compasión. Y en ese supuesto negado, al no saber qué aconsejar, podría condenarlo. La voz en off es, en realidad, la voz del detector de mentiras. La verdad que el concursante responde no siempre coincide con la verdad del polígrafo. Cuando no coinciden, significa que el concursante miente y se acaba el juego. Y, a veces, yo soy el que se queda más picón con ese resultado.
12. ¿El polígrafo puede equivocarse? ¿Hay formas de engañar al polígrafo?¿Un bisturí puede equivocarse? No, el que puede equivocarse es el cirujano. El instrumento tiene entre el 95 y el 98% de confiabilidad, pero todo depende de la destreza y experiencia del poligrafista. Y el nuestro las tiene. No se cansen buscando, en Google, trucos para burlar el detector, como aquel de ponerse tachuelas dentro de los zapatos. Nuestro poligrafista se las sabe todas. Pasarán la prueba descalzos.
13. ¿Están los concursantes obligados a responder todas las preguntas ante el polígrafo o, llegado el caso, pueden abstenerse? Tanto en el test como en el set, todas las preguntas deben ser respondidas con un sí o con un no. Son respuestas inaceptables: paso, no sé, sin comentarios, depende…
14. ¿Qué pasa si el concursante está seguro de que ha dicho la verdad, pero el polígrafo arroja que la respuesta es falsa? Esto puede suceder cuando se trata, por ejemplo, de asuntos del inconsciente. Ejemplo: ¿Amas a tu país? ¿Es tu esposa el amor de tu vida? El concursante puede responder que sí, pero el detector registrarlo como mentira. Quizá lo dijiste sin convicción o te olvidaste de aquel gran amor de juventud que te marcó la vida.
15. ¿Firman algún tipo de contrato previo?Así es, para evitar eventuales malentendidos. Tanto el competidor como sus allegados firman una serie de documentos de compromiso antes de sentarse en el estudio.
16. ¿Es necesario el público en el set?Por supuesto, como en todos los juegos. ¿Sería lo mismo un partido de fútbol con las tribunas vacías?
17. ¿Puede el conductor leer la siguiente pregunta luego de que el concursante decidió retirarse?De hecho. Y cuando ven lo fácil que era, todos se jalan de los pelos. No estoy impedido de hacer lo que las normas del formato no me prohíben.
18. ¿Es posible que el concursante sea un gran actor y todo lo que esté diciendo sea falso?No, porque sus respuestas son sometidas a un estricto proceso de verificación de datos. Las únicas personas que podrían burlar al detector son los locos o los psicópatas absolutos, pero estas personas (que aparecen cada vez con más frecuencia) no logran pasar los filtros, rara vez llegan al polígrafo pero, si lo logran, de allí no pasan. Ninguno consigue llegar al programa.
19. ¿Te ofenden las comparaciones con Laura Bozzo? A mí no, pero parece que a ella sí. El viernes, a la salida del teatro Marsano, se lo preguntaron a ella y contestó: ¡Ya no me jodan con eso! Suscribo su elegante respuesta al 100%. Hay un carrito sanguchero de regalo para el idiota número 80 mil que me repita la pregunta.
20. ¿Y quién eres tú para juzgar la conducta de los demás?Nadie. Aun frente a las respuestas más tremebundas hago mi mejor esfuerzo por juzgar menos y escuchar más. Funciona. Anímense ustedes también y hagan la prueba un día de estos.
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