Sobre Caso Chehade y su costo en ministerios y cargos públicos

No fueron los votos de Gana Perú ni los de sus aliados de Perú Posible los que le quitaron la soga del cuello a Omar Chehade. Tal honor lo reclamó para sí el "opositor" Yehude Simon, que luego –ante la avalancha de críticas– ha defendido su voto con envidiable vehemencia. Ya quisieran sus colegas de bancada que, con esa misma convicción, Simon les hubiera anticipado, cara a cara, que en la Comisión Permanente votaría en contra del informe acusatorio a Chehade, y no que los tontee con supuestas indecisiones y dudas que –según dijo entonces– traduciría en una abstención que nunca se concretó.

Su actitud, sin embargo, no debería llamar la atención si se advierte que desde que accedió a una curul, y sobre todo desde que asumió la Segunda Vicepresidencia del Legislativo, Simon se ha mostrado más cercano al oficialismo (léase Daniel Abugattás) que a la opositora Alianza Por el Gran Cambio, de la que forma parte, pero de la que se distancia cada vez que esta asume una postura contraria al régimen humalista.

No es novedad que Simon ya no se siente cómodo con los 'ppkausas', con quienes no tiene afinidad política ni ideológica, situación que, dicen nuestras fuentes, habría sido aprovechada por el nacionalismo para ofrecerle un tentador fajín ministerial. Los sueños del lambayecano, sin embargo, acariciarían también el sillón presidencial del Congreso, algo que los oficialistas no están dispuestos a ceder.

Otra es la historia en Perú Posible que, en retribución a sus votos a favor de don Omar, se habría asegurado la conducción del Fonafe con el exministro de Trabajo Jesús Alvarado a la cabeza. Sin duda, un cargo estratégico gracias al manejo de un sinnúmero de empresas públicas que ponen a su disposición miles de puestos públicos. Provecho.