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Un cangrejo peruano
Dicen que las cajas de cangrejos peruanos van sin tapa porque la envidia hace que ninguno permite que otro salga. Lo mismo ocurre con la exportación.
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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com
Si uno compara al Perú de hoy con el de hace 10 años lo que más llama la atención es la verdadera explosión en el valor total de nuestra exportación. Hemos pasado de US$8 mil millones anuales a US$47 mil millones este año.
¿Qué ha ocasionado tan espectacular cambio? En primer lugar la fuerte inversión minera que ha permitido que se haya triplicado el volumen de las materias primas que exportamos. Luego, está el boom de la agroexportación y el gran despegue de los textiles, especialmente, en el mercado norteamericano.
Sin embargo, fiel a nuestra tradición de penalizar al exitoso, la inversión minera viene siendo objeto de ataques indiscriminados. Mientras que en el Congreso han decidido trabajar a favor de nuestra competencia tratando de sacar del mercado a los exportadores peruanos.
Así, tenemos que las leyes promocionales que han permitido que los exportadores no tengan que arrastrar el enorme peso de sobrecostos internos están en la mira de los sindicatos y de sus aliados parlamentarios. Están planteando modificarlas sustancialmente, aunque lo que buscan es derogarlas, ya que para la oligarquía sindical es una herejía cualquier evidencia de éxito sectorial que esté vinculado a la flexibilización de la legislación laboral.
Con ello, lo único que van a lograr es regalarle nuestros mercados externos de espárragos, por ejemplo, a los chilenos o los de polos de algodón a los colombianos ahora que están camino a firmar con Estados Unidos un tratado de libre comercio con seis años de retraso.
Al final, a uno le queda la sensación de que los que están detrás de estos cambios en la legislación están muy cómodos acurrucados al fondo del cajón y lo único que les interesa es que ninguno salga del montón.
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