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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Sin embargo, cada vez que la moneda da un salto empiezan los reclamos del sector exportador pidiendo que el Gobierno haga algo.

Aunque, si uno ve la espectacular curva ascendente de las exportaciones peruanas en general –tanto las materias primas como las no tradicionales–, no se encuentra ninguna evidencia de que la fortaleza del sol las esté afectando.

Más bien, parecería ser lo contrario ya que, en solo una década, las exportaciones se han multiplicado más de seis veces, un crecimiento espectacular que confirmaría que hay diversos factores para la eficiencia empresarial que son mucho más importantes que el tipo de cambio.

En realidad, ante la falta de reformas en temas como el laboral, una moneda fuerte actúa como un impulsador del cambio, forzando a los empresarios a ser más productivos y a bajar sus costos para ser competitivos.

Por otro lado, en un país en el cual la tercera parte de sus habitantes viven por debajo del nivel de pobreza, existen innumerables necesidades fiscales. Por lo que son poco sostenibles los argumentos a favor de aumentar el 'drawback', que es un subsidio a los exportadores que sale de los bolsillos de todos los ciudadanos.

Asimismo, una moneda fuerte ayuda a mantener los precios bajos y de esa manera se benefician todos los peruanos. Además, es útil para el desarrollo de un mercado hipotecario en moneda nacional, el cual es fundamental para la clase media emergente, que ha sido uno de los baluartes del crecimiento durante los últimos años.

Al final de cuentas, los beneficios de un sol revalorizado superan ampliamente las dificultades que podría estar creando. Por ello, nos parece muy adecuado que el Gobierno se haga a un lado.