Aumenta polémica por la sanción a Garatea

Sigue la polémica. Más de mil personas –entre intelectuales, artistas, autoridades, defensores de los derechos humanos y exministros– manifestaron ayer su solidaridad y reconocimiento al sacerdote Gastón Garatea, quien fue suspendido para realizar labores pastorales en Lima.

También protestaron ante la "injusta medida" impuesta por el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.

"La vida de Gastón es un ejemplo para jóvenes y adultos de toda condición social, en cada una de las funciones y trabajos que realiza (…) incluido el ámbito de la responsabilidad social en la PUCP (Universidad Católica). (…) Hoy, el Perú necesita hombres como Gastón", señala el pronunciamiento público.

La alcaldesa de Lima, Susana Villarán, una de las firmantes, manifestó que el respaldo público a Garatea es un reconocimiento a la trayectoria pastoral de una persona que "nunca sacó el cuerpo" en la lucha contra la pobreza.

LLAMADOS DE ATENCIÓNDel otro lado, el vicario episcopal del Arzobispado de Lima y párroco de Manchay, José Chuquillanqui, afirmó que la medida no es "intolerante" porque los llamados de atención a Garatea vienen desde hace seis años. Sostuvo que Cipriani le expresó varias veces "qué cosas no estaban bien".

En RPP, señaló que el sacerdote está en su derecho de apelar "si se siente maltratado". En alusión a Garatea, pidió prudencia y que se tenga cuidado con las expresiones que se usan. En ese contexto, criticó que el también investigador realice comentarios como que "a mí nadie me saca". Ayer, en un diario local, Garatea dijo: "No se me expectora así tan fácilmente".

Según indicó, las declaraciones del excomisionado sobre la unión civil entre homosexuales no fue el único factor para que no se le renovara la licencia pastoral pues también se pronunció, afirmó, contra el trabajo del pastor (Cipriani).

DATOS

- Firmaron el comunicado Alberto Ísola, Fernando de Szyszlo y Alfredo Bryce Echenique.

- También, Diego García Sayán, Roberto Dañino, Juan Incháustegui, Salomón Lerner Ghitis, Baldo Kresalja, Javier de Belaunde, así como sacerdotes y religiosas.