La muerte tiene tantas formas de sorprendernos que a veces peca de absurda. Aquí te contamos los casos más difíciles de creer.
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En muchos cumpleaños militares se suele celebrar a la persona haciendo disparos al aire. Este fue el caso del capitán canadiense John Kendrick, que en 1794 recibió el disparo de un buque que buscaba saludarlo, pero al final lo despidió.
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Existe el caso de Ole Bentzen, un tipo que se murió de la risa, literalmente. Esto sucedió mientras veía una el film de comedia ‘A fish called wanda’. Se estima que su corazón latió entre 250 y 500 veces por minuto, 5 veces más de lo normal. (Internet)
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La siguiente historia sucedió en Londres (en 1814), cuando una empresa derramó, por casualidad, más de un millón de litros de cerveza por toda la ciudad. Murieron alcoholizadas un total de nueve personas. (Internet)
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El jugador norteamericano, Jim Creighton, agitaba muy fuerte un bate de béisbol, cuando de repente, le explotó la vejiga. ¿Qué sucedió? El jugador realizó mucha presión a la hora de agitar su bate. (Internet)
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La famosa bailarina estadounidense, Isadora Duncan, es considerada como la creadora de la danza moderna. Murió mientras viajaba en su auto y sin querer su bufanda se quedó atrapada en la llanta y eso le provocó una asfixia instantánea. (Internet)
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Langley Collyer era un estadounidense que se hizo famoso por guardar cualquier tipo de cosas en su casa. Un día este sujeto estaba acomodando unos papeles y sin darse cuenta, le cayó encima un librero. Después de varios días, encontraron su cuerpo.
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Leslie Harvey fue un gran guitarrista escocés. Su historia llegó a su fin el 3 de mayo de 1972 mientras realizaba un show con su banda. Sin darse cuenta, Harvey tocó un micrófono con las manos húmedas y se electrocutó.
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En 1993 Garry Hoy, desafió a sus amigos con estrellar su cuerpo contra un vidrio blindado y que este no se rompiese con el impacto. No contó con que el marco de la luna se podría salir y cayó al vacío dejando en el aire su apuesta. (Internet)
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Basil Brown fue encontrado muerto con un color amarillo brillante luego de haber bebido jugo de zanahoria por varias horas y días. Además de haberse intoxicado, el exceso de este jugo le produjo cirrosis en el hígado. (Internet)
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Hans Steininger se hizo conocido por tener la barba más larga del mundo, casi un metro y medio, y por morir a causa de ella. En 1567, hubo un incendio en su ciudad y en la huida se olvidó de enrollar su barba, la pisó, perdió el equilibrio y murió.
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Lee Seung Seop murió en una cabina de internet en el 2005, luego de pasar más de 50 horas consecutivas jugando Starcraft y World of Warcraft. Este coreano era un adicto y seis semanas antes de morir, lo habían echado de su trabajo.
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Joseph W. Burrus fue un mago que murió haciendo su mejor truco: sepultarse vivo. Solía meterse en una caja que el mismo había construido y enterrarse con hormigón. Un día, se rompió la caja y este murió. (Internet)
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George Allen fue un entrenador de fútbol americano que, incluso, fue incluido en el Salón de la Fama de dicho deporte. Allen murió de neumonía un mes después que sus jugadores lo bañaran con Gatorade, tras una efusiva celebración. (Internet)