Sexo.21: Estos son los cómics latinos más hot

Desde Argentina al Perú, pasando por Chile, y de hecho en toda Latinoamérica (incluida la comunidad hispana de los USA), se realizan excelentes cómics eróticos que plasman las fantasías más provocativas y osadas, ayudando a desarrollar la libido en los lectores e, incluso, a proporcionar ideas para protagonizar nuestras propias aventuras sensuales. Estos son algunos de los artistas más destacados.

IGNACIO NOÉ: EL VIRTUOSISMO GAUCHOSin nada que envidiar a sus magistrales antecesores en el género erótico argentino (Horacio Altuna o Francisco Solano López, por poner dos ejemplos de alcurnia), Noé se ha erigido por derecho propio, con solo 50 años, en el nuevo maestro de la historieta caliente.

Admirado en todo el mundo por su sensual clasicismo, sus espectaculares cómics son recomendables para todas las edades adultas, dado que sus divertidas y traviesas historias ofrecen un coctel de humor y carnosidad apto para todas las libidos.

Pero es en el dominio del dibujo y el color donde Noé destaca por encima de la media, a tal punto de ser capaz de dotar de arte total a páginas abocetadas con una calidez y atractivo que el maestro Manara envidiaría.

FEROCIUS: LA FEROCIDAD CHILENAProbablemente el más salvaje de los autores de cómic porno que haya existido nunca en tierras latinas, las historietas de Ferocius no son recomendables para paladares delicados: sus argumentos siempre lidian con los aspectos más oscuros del erotismo, con parafilias muy particulares y escatologías que pueden espantar a más de un ojo.

Sin embargo, este chileno de feroz nombre artístico pero que presuntamente se llama Fred Harrison, residente en Costa Rica y con una de las bibliografías más prolíficas del subgénero, aporta un enfoque originalísimo, cientificista y siempre sagazmente cómico a sus interesantes planteamientos. Probablemente, si su abundante obra saliese del limitado circuito del consumo porno, provocaría muchos más escándalos e indignaciones masivas –y también exclamaciones admirativas– que la Spiderwoman del mentado Manara.

BETO HERNÁNDEZ: ESPALDAS MOJADÍSIMASEl reputado artista estadounidense, hijo de inmigrantes mexicanos, ha realizado el grueso de su obra enmarcado en las prestigiosas directrices del cómic independiente. Considerado el Gabriel García Márquez de las viñetas por un universo humano marcado por la impronta de lo real maravilloso y la arrolladora fuerza emocional de sus personajes, a inicios de los años 90 Hernandez sorprendió a sus fans con la pornográfica Birland, obra repleta de imaginación y poblada de mujeres y hombres que se alejan del estereotipo más usual en la ficción de los bajos instintos.

De hecho, sus personajes son los mismos y con la misma tridimensionalidad de sus otras sagas, pero, en esta ocasión, el genial californiano da campo libre al desenfreno sexual más delirante, como si hubiese decidido no imponerse cortapisas y explorar su lado más libidinoso. Este libro funciona por igual como placer de corte intelectual y genital.

CÉSAR CARPIO GUERRA: EL APORTE PERUANOEl Perú también tiene su adalid del cómic erótico: César Carpio Guerra. Su muy exitoso título ¡¡Achacau!! es un compendio de obsesiones eróticas, un batiburrillo de pulsiones que despiertan deseos onanistas en los lectores más curtidos. Ello se debe a un dibujo deslumbrante, pues estamos ante uno de los mejores dibujantes peruanos, si no el mejor, de su generación.

Lamentablemente, el autor arequipeño parece haberse alejado definitivamente del cómic para entregarse a los más económicamente provechosos brazos de la ilustración publicitaria. Por ello, resulta importante generar una industria cultural autóctona del cómic: para que los grandes talentos del país no deban renunciar a deleitarnos con su arte.

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