La es una condición médica crónica que afecta a más de 5 millones de personas mayores de 15 años en Perú, según datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). Esta enfermedad representa uno de los principales factores de riesgo que podría desencadenar en una retinopatía hipertensiva, una enfermedad ocular progresiva que afecta la retina y puede tener graves consecuencias, como la pérdida de visión, si no se trata adecuadamente.

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“La retinopatía hipertensiva es causada por la presión sanguínea elevada y afecta la salud ocular al dañar los vasos sanguíneos de la retina. Con la alta incidencia de pacientes con hipertensión, existe una gran probabilidad de que estas personas desarrollen esta patología. Por lo tanto, es crucial la detección temprana y el tratamiento adecuado para prevenir complicaciones visuales y salvaguardar la salud ocular”, advierte el Dr. Gerardo Arana, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.

Esta enfermedad ocular se distingue por dos formas: la aguda, desencadenada por un repentino aumento en la presión arterial que resulta en una rápida disminución de la visión; y la crónica, asociada a personas con hipertensión arterial de larga duración.

En esta última, la obstrucción de los vasos sanguíneos retinianos puede dañar la visión de manera progresiva. Es fundamental controlar la presión arterial para prevenir o manejar esta complicación ocular.


Factores de riesgo

Uno de los tipos de hipertensión, la primaria o esencial, es una enfermedad originada por factores genéticos; sin embargo, también se ve influenciada por elementos del entorno que pueden cambiarse y que contribuyen a su desarrollo. Entre las principales causas se encuentran:

  • Presión arterial alta: La hipertensión arterial crónica es el principal factor de riesgo para desarrollar retinopatía hipertensiva. Esta afección ocular, originada por la presión arterial elevada, puede provocar daños en los pequeños vasos sanguíneos de la retina, lo que potencialmente conduce a la pérdida de visión si no se trata adecuadamente.
  • Duración de la hipertensión: A medida que la presión arterial se mantiene elevada más tiempo, aumentan las probabilidades de daño en los vasos sanguíneos de la retina, lo que puede afectar la salud visual.
  • Tabaquismo: Fumar aumenta la presión arterial y puede acelerar el daño en los vasos sanguíneos de la retina en personas con hipertensión.
  • Diabetes: La diabetes, especialmente si está mal controlada, puede aumentar el riesgo de complicaciones oculares, incluida la retinopatía hipertensiva.
  • Obesidad y malos hábitos alimenticios: El exceso de peso corporal, especialmente en la región abdominal, y el consumo excesivo de sal, son factores de riesgo para desarrollar hipertensión arterial, lo que puede aumentar la probabilidad de padecer esta enfermedad visual.
  • Edad: A medida que envejecemos, el riesgo de desarrollar retinopatía hipertensiva aumenta significativamente. Esto se debe a que, con el paso del tiempo, los vasos sanguíneos de la retina se vuelven más frágiles y susceptibles a daños, especialmente en personas mayores de 50 años.

Los síntomas de la retinopatía hipertensiva pueden variar según la etapa de la enfermedad y la gravedad del daño ocular. Algunos de los síntomas comunes pueden incluir:

  • Visión borrosa o disminución de la agudeza visual, especialmente en ambientes con poca luz.
  • Pueden aparecer manchas o puntos oscuros que parecen moverse en el campo visual.
  • Experimentar destellos de luz o intermitentes en la visión periférica.
  • Notas áreas oscuras u opacas en el campo visual.
  • Presencia de dolor ocular, sensación de presión o molestias en los ojos.
  • La percepción de los colores puede alterarse, especialmente en condiciones de poca luz.
  • Pérdida de la visión lateral o reducción del campo visual periférico.


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