El emprendimiento también crea cadenas y procesos de producción, generando oportunidades de desarrollo para poblaciones vulnerables. Esto debido a que TITI trabaja de la mano con tres comunidades amazónicas peruanas, que generan ingresos adicionales con la recolección de caucho. Lo que, a su vez, incentiva la protección de sus árboles y bosques, logrando poner en valor 2,161 árboles de shiringa en 1,870 hectáreas de bosque. Asimismo, articulan la producción de sus productos con mujeres internas del penal de Jauja, en Junín, generando empleo para ellas y contribuyendo a la reinserción laboral.