Jhonatan mismo confecciona las banderas, que vende a S/.3, para abaratar costos. (Nancy Dueñas)
Jhonatan mismo confecciona las banderas, que vende a S/.3, para abaratar costos. (Nancy Dueñas)

Redacción PERÚ21

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Desde hace tres años Jhonatan no se pierde ningún desfile militar y este 29 tampoco lo hará. Se levantará a las cuatro de la mañana, se lavará la cara, preparará su mochila y media hora después ya estará rumbo a la avenida Brasil. Llegará a las seis y comenzará su mejor día de julio. Las banderitas le durarán solo minutos en sus manos: el patriotismo está en el aire y él lo sabe aprovechar pero, sobre todo, disfrutar.

"Ese día la venta suele acabar rápido –indica el huanuqueño de 23 años–, luego me pongo a ver el desfile y a tomarme fotos", cuenta.

Jhonatan vive en San Juan de Lurigancho, todos los días toma el bus desde la urbanización Las Flores y no tarda más de una hora en llegar a la avenida Abancay, en el Centro de Lima. Baja a la altura del jirón Ucayali y al llegar las siete de la mañana, ya está caminando en busca de compradores. Desde el 1 de julio se ha convertido en uno de los responsables de que numerosas banderas peruanas de no más de medio metro de altura se luzcan encima de los automóviles en la ciudad, anunciando que las Fiestas Patrias están a la vuelta de la esquina.

"Hay días que llego a vender cerca de cuarenta, pero tengo que caminar mucho", precisa, aunque –agregando– los fines de semana la cantidad aumenta. Pero como en cualquier negocio, las ganancias a veces no le sonríen, por lo que ha tenido que ampliar su oferta a pequeñas escarapelas que valen un sol.

UN TRABAJO PATRIO"Yo mismo confecciono las banderas" –aclara sin dejar de ofrecer sus productos– "consigo la tela al por mayor, la coso y luego la estampo donde mi amigo, que me cobra cincuenta céntimos por cada una. Lo único que compro es el palito", indica.

Este joven huanuqueño no trabaja solo, lo hace con su primo. Los dos iniciaron la venta de banderitas en el 2012, sin saber que el negocio se lo deben en parte a Óscar R. Benavides, el presidente peruano que hace 73 años ordenó que el pabellón nacional debe ser izado en todas las casas durante Fiestas Patrias. La tradición ha variado a lo largo del tiempo y hoy hasta los autos presumen de este símbolo nacional, para buena suerte de Jhonatan.

A pesar de que dentro de poco cumplirá diez años en Lima, el joven vendedor promete regresar pronto a Huánuco, junto a su madre y sus dos hermanos. "Volveré y tendré mi casa, mi moto y ayudaré a mi mamá", asegura. Pero tras dejar la nostalgia –y con una sonrisa que empieza a nacer– cuenta su sueño más próximo: "para el desfile militar de este año mi primo se ha comprado un celular y lo llevará para tomarnos fotos, ojalá nos hagamos una con el presidente", termina, entre risas.

Por: Pablo Vilcachagua (pablo.vilcachagua@peru21.com)

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