Ingresar a un local de forma fácil, autónoma y segura es un derecho que todos tenemos, pero tras la crisis por la pandemia del COVID-19 se ha vuelto más que indispensable, sobre todo si consideramos que de ello depende que podamos guardar distancia social, limitar el contacto con superficies y garantizar el desplazamiento seguro por el lugar.
Esto se vuelve imprescindible cuando una persona tiene algún tipo de necesidad especial. De acuerdo al Censo Nacional de 2017, el 10,3% de la población peruana tiene alguna discapacidad motora, pero además debemos considerar aquellos que se desplazan con niños en coches, carritos de compra o lesiones temporales.
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“La accesibilidad es mucho más que una rampa o un elevador para personas con discapacidad, también el poder abrir una puerta sin usar las manos o sin hacer esfuerzo es importante”, comenta Gálata Llano, gerente general de Safe City, empresa peruana especializada en accesibilidad y diseño universal. “Además, la accesibilidad es beneficiosa para todas las personas, ya que a todos nos gusta estar cómodos y seguros”.
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