“El temor para Perú es no hacer nada con la IA, no crear una generación de científicos y darles hardware necesario”, señala el experto.
“El temor para Perú es no hacer nada con la IA, no crear una generación de científicos y darles hardware necesario”, señala el experto.

El tercer año de la carrera de Ingeniería de Sistemas en la sirvió como una bisagra en la vida de Omar U. Florez. Ocurrió una tarde, cuando lo invadió una imperiosa curiosidad por conocer qué leían los estudiantes de otras universidades. Ingresó a Internet y se puso a buscar. No eligió indagar los contenidos de cualquier casa de estudios, apuntó a una de las mejores: la . Supo así que los alumnos de Sistemas, leían el libro Database System Concepts, un clásico en el curso de bases de datos. Su sorpresa fue mayúscula al caer en la cuenta de que en sus manos él también sostenía –aunque en una copia de hojas anilladas— aquel título.

—La diferencia no está en el contenido, sino en el alumno –se dijo.

Inmediatamente, le escribió al profesor de aquella clase en Berkeley para contarle que en Arequipa leían el mismo título y aprovechó para hacerle algunas interrogantes.

Aquel episodio fue el inicio. El momento en que Omar sintió que si quería mejorar tenía que competir globalmente. Y lo lograría. No solo se graduaría en la UNSA, también alcanzaría un doctorado en Machine Learning. Hoy vive en Silicon Valley, el epicentro de la innovación, donde ha trabajado para gigantes como Twitter e Intel investigando sobre

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-¿Cómo nace esa curiosidad por la tecnología?

Tenía una computadora en casa que mi papá compró de segunda. La desarmé, le metí virus, le cambié el disco duro y así me di cuenta de que quería estudiar algo sobre esto. Básicamente tú ves un videojuego y te preguntas quién lo creó, qué carrera me permite crear esto. Armas y desarmas una computadora y te preguntas qué carrera puedo estudiar para hacer esto. Por eso me interesa hoy en día hablar de IA a los jóvenes. Quiero que se le prenda la chispa y se pregunten quién creó ChatGPT, qué necesito para crear ChatGPT.

-¿En qué momento la IA comenzó a atraerte como materia de estudio?

Me dediqué mucho a investigar en la carrera. Entendí de que quería profundizar en temas de Inteligencia Artificial. Entendí también que había mucha matemática detrás, de que se podía investigar cosas muy concretas (...) Empecé a investigar esos temas. Para mi sorpresa, me dieron una beca en Chile, luego una beca en Brasil. Postulé a una maestría en Estados Unidos y por mi investigación me dieron una beca para hacer un doctorado. Lo que para mí era un hobbie me abrió muchas puertas. Hice el doctorado en 2017.

-¿Cómo le explicas a la familia que eras investigador de Inteligencia Artificial?

No lo entendieron hasta muchos años después. Ahora saben mucho de IA por las conversaciones que tenemos en casa, pero en ese tiempo era “estoy haciendo algo en la computadora y a la gente le parece interesante”. Para ellos era probablemente algo como videojuegos, pero hasta mucho tiempo después se dieron cuenta de que había mucha matemática detrás.

-En 2017 te vas a estudiar a Utah State University, ¿la brecha con el Perú fue grande?

Lo que me sorprendió es que la IA estaba presente en todas las carreras y no solamente en el área de computación. Por ejemplo, la gente de geología programaba, hacía estadística. No era como en Perú, donde se concentra todo en una sola carrera. Todas hacían investigación y requerían cierto nivel de IA.

-Has investigado IA por más de una década. ¿Tienes una definición breve?

Sin la IA no podríamos navegar en Internet debido a la gran cantidad de información que nos rodea. Probablemente, el software más importante de IA sea Google. Luego, tenemos las recomendaciones de Amazon o de Netflix. Lo que quiero decir es de que sin la IA no podríamos ser funcionales, no podríamos saber que el Uber llega en 5 minutos, ni tampoco encontrar un correo electrónico de forma rápida. Sería como estar en el pasado.

¿Qué herramienta reciente de IA te ha “voló la cabeza”?

SORA, este algoritmo que genera videos a partir de texto de Open AI. Somos seres creativos, pero el don del arte no se nos ha dado de forma uniforme. Entonces hay un mundo interior artístico que no puede salir porque no podemos dibujar, pintar o componer. Y creo que esta IA tiene el poder oculto de liberar ese mundo. Siento que puede crear videoclips, composiciones artísticas y todo con mucha resolución, al punto que parece casi real. Varias industrias, como la de los videojuegos, van a transformarse para siempre.



¿Estamos teniendo expectativas exageradas con la IA?

Hasta hace poco tiempo teníamos ChatGPT y ahora tenemos Gemini. La expectativa está justificada por la velocidad en la que todo va. El temor para Perú es no hacer nada al respecto, no generar una generación de científicos y no darles el hardware que requieren.

-Existe también el temor de que la máquina finalmente reemplace al hombre.

No será un algoritmo lo que te quite el trabajo sino una persona que sabe el algoritmo. Para eso es importante generar conocimiento a gran escala y que mucha gente se beneficie de esta corriente. El problema no es la IA, sino que no sabemos sobre la IA.


-Algunos científicos también han hablado sobre esos miedos. ¿Qué importancia le debemos dar?

Son más llamadas de atención de gente muy importante, pero a la velocidad que vamos es imposible saber. Creo que incluso en ese caso apocalíptico, agarra a la humanidad muy prevenida.


-Si tuvieras la oportunidad de crear una herramienta de IA. ¿Cuál sería?

Me da preocupación cuando el talento en Perú se desperdicia. He visto gente talentosa mejor que yo que no ha podido cumplir sus sueños. Creo que la beca adecuada para la persona adecuada puede cambiarle la vida. Por ejemplo, tú eres periodista, pero de repente tenemos un gran programador de Python en potencia, pero no has podido desarrollar ese talento. Entonces, si la IA toma la información libre y te la presenta a tu medida sería de gran ayuda. Creo que falta una herramienta así que tome el contenido que existe y pueda ayudarte a desbloquear tu talento.

-¿Cómo la llamarías?

Una especie de Jarvis educativo.

-¿Cuál es el escollo más difícil de la IA?

Damos pasos de bebé en un camino muy largo. Por ejemplo, la IA tiene problemas para entender el sentido común o las relaciones de causa y efecto. Todo lo que hace la IA es descubrir patrones con base en correlación. Es decir, que las cosas sucedan en el mismo periodo de tiempo de forma conjunta. Ya sean palabras u objetos. Y necesita una gran cantidad de datos. Cuando un humano quiere conducir se toma un fin de semana. Sin embargo, una IA necesita 80 mil horas y un ejército de personas que segmenten todo pixel por pixel para que pueda entender una señal de tránsito, carretera, etcétera. Algo estamos haciendo mal para que necesitemos tal cantidad de datos. En el caso de un humano eso no ocurre, ya que puede pensar en múltiples niveles. Nos falta muchísimo para que la IA tenga estas capacidades.

-¿Llegará la IA tener la capacidad de querer?

Se dice que tener sentimientos es una precondición para tener conciencia y para que algo tenga sentimientos tiene que entender la diferencia de afuera y de adentro. Es decir, separar el yo del resto. Estamos muy lejos todavía. Ni siquiera nosotros entendemos plenamente qué es querer (risas). Por el momento solo se puede simular.

-Simular que un robot quiera a alguien…

O pueda reflexionar sobre eso. Tenemos algoritmos como reflexión, atención, conocimientos, pero son imitaciones de cómo podría actuar un ser humano.


OpenAI es la empresa sin ánimo de lucro detrás del popular modelo de generación de texto mediante inteligencia artificial ChatGPT.
OpenAI es la empresa sin ánimo de lucro detrás del popular modelo de generación de texto mediante inteligencia artificial ChatGPT.


AUTOFICHA

“Soy Omar U. Florez, nací en Arequipa el 14 de febrero de 1984. Tengo una hermana menor. Soy PhD en Machine Learning (rama de la Inteligencia Artificial) de la Universidad Estatal de Utah (Estados Unidos) y me considero dentro de todo un divulgador científico”.

-“Quiero que más peruanos aprendan la maravillosa área de la IA. Me gustaría que el Perú tenga una generación brillante de científicos que cree más trabajo para más peruanos. Ahora estoy trabajando entre Perú y San Francisco por una startup que estamos desarrollando”.

-“Nunca me he desligado de Perú. Actualmente, continúo asesorando tesis, investigaciones y también compartiendo la información que aprendo de Silicon Valley a empresas aquí. Busco que cada vez seamos más competitivos. Asimismo, me desempeño como Embajador Galaxy AI”.


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