Llama la atención la abrupta caída en la popularidad del presidente Humala y de la primera dama Nadine Heredia. Esto marca la baja en la aprobación de las autoridades oficialistas (El premier Pedro Cateriano desciende de 25% a 18%, el ministro Alonso Segura de 23% a 19% y la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, de 19% a 12%).
La primera dama siempre había ha sido un motor muy importante, una figura de fuerza para el gobierno, pero ahora es todo lo contrario, y pasa a ser una figura que impacta negativamente al presidente y al entorno del gobierno.
Está claro que la afectaron las denuncias de presunto lavado de activos y las frivolidades. La población está decepcionada porque esperaba que el gobierno tuviese una línea más cercana hacia los pobres.
Además, hay mucha expectativa por el mensaje de 28 de julio y qué se hará en materia económica y para enfrentar la inseguridad ciudadana. De eso dependería si el presidente se recupera o no de este bache.