Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, fue capturado el 12 de setiembre de 1992.
Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso, fue capturado el 12 de setiembre de 1992.

Una nota de la revista Caretas publicada en 1987 confirmaba lo que era notorio a vista de los peruanos: el terrorismo estaba ganando la batalla. “En 1980 se registraron 38 atentados en Lima. En 1986 fueron 854″, rezaba el titular. El miedo imperaba en las calles.

La Dirección contra el Terrorismo () de la Policía Nacional llevaba cuatro años de creada para ese entonces, pero no conseguía parar a quienes inicialmente eran identificados solo como subversivos, cuando en realidad se trataba de los terroristas de Sendero Luminoso (SL) y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

El reportaje periodístico, además, detallaba que, solo en el 86, Sendero había asesinado a 39 personas en Lima y hasta marzo del 87 mató a otras 10. Y eso no era lo peor.

En 1983, los terroristas de Abimael Guzmán ya habían perpetrado la matanza de 69 personas, entre niños y embarazadas, en Lucanamarca, Ayacucho.

José Baella, exjefe de la Dircote. (GEC)
José Baella, exjefe de la Dircote. (GEC)

“Al comienzo fue difícil porque no conocíamos ni al enemigo”, confiesa José Baella, exjefe de la Dircote.

Por ejemplo, cuando se detuvo a Osmán Morote, el 13 de junio de 1988, la Policía no tenía la menor idea de quién era. Se procedió a capturarlo porque una información que llegó señalaba el paradero de un terrorista. Y no era cualquiera, ya que Morote era el número 2 de SL.

“Si lo hubiesen identificado a tiempo (a Osmán Morote), antes de proceder a su detención, habrían podido seguirle el rastro y llegar a capturar a todos los miembros de la alta dirigencia, que se reunirían poco después para el Primer Congreso”, indica el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).

Apareció el GEIN

Para 1990, la Dircote decidió crear un equipo de élite para identificar y desarticular las organizaciones terroristas. Fue así como nació el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), que lideró Benedicto Jiménez.

Miembros del GEIN.
Miembros del GEIN.

Había una gran deuda con el país. En 1989, se había capturado a Víctor Polay Campos, el cabecilla del MRTA, y estaba siendo enjuiciado hasta que escapó del penal Castro Castro, en San Juan de Lurigancho, por un túnel junto a otros 47 terroristas. Fue un escándalo.

Baella cuenta que desde el GEIN se estableció al fin una estrategia, y era combinar la inteligencia con investigación. Por un lado, se recababa toda la información de cada testimonio e inmediatamente los detectives la procesaban.

“Los detectives fueron armando un rompecabezas y poco a poco se fue conociendo al enemigo. Se buscó una técnica para poder entender cómo pensaban los terroristas y a partir de eso nace la inteligencia operativa”, detalló el general PNP.

Víctor Polay, cabecilla del MRTA, fue recapturado en 1992.
Víctor Polay, cabecilla del MRTA, fue recapturado en 1992.

Fue así que la Policía empezó por identificar a la cúpula senderista, y luego recién reconoció a Guzmán.

La detención del ‘Cachetón’, como rotularon los policías al cabecilla terrorista, se logró dos años después de la creación del GEIN. Sin senderistas muertos, sin violencia, con la cúpula de Sendero Luminoso viva y rendida.

En 1992 también fue recapturado Polay Campos en un chalet, en San Borja. Tampoco fue necesario el uso de armas para apresarlo.


Los miembros de la Dircote nunca fueron sentenciados por vulnerar los derechos humanos. Es el resultado de un trabajo pensado y delineado.

Hasta hoy, la Dircote sigue capturando a remanentes terroristas, sea en el Vraem o en Lima.

Uno de sus megaoperativos en los últimos diez años fue el denominado caso Perseo. En 2013 cayeron 23 miembros del Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, que pretendía participar en elecciones como si se tratara de un partido político. Pero, en realidad, buscaba reivindicar el genocida ‘pensamiento Gonzalo’ y que la historia de violencia armada se repita.

Son 40 años los que han transcurrido y, si bien el terrorismo se resiste a desaparecer, hay una unidad de inteligencia policial que le ha seguido los pasos sin descanso y lo hará hasta derrotarlo.

Los mártires

Así como victorias, la Dircote también tuvo lamentables bajas de valientes miembros de la Policía Nacional. Detrás de estos 10 destacados rostros se encuentra, por ejemplo, quien en vida fue el mayor de la PNP Carlos Vereau Asmat. El oficial, justo después de capturar a un terrorista, fue asesinado por un grupo de aniquilamiento de Sendero Luminoso cerca de la Plaza Unión el 13 de agosto de 1992, un mes antes de la captura del cabecilla Abimael Guzmán.

Ese mismo año, el general Alberto Tumba Rodríguez, exjefe de la oficina administrativa de renovación logística para la lucha contraterrorista, pereció el 5 de noviembre cerca de su domicilio en Surquillo a manos de terroristas de Sendero Luminoso.

Doce meses más tarde fueron dos las víctimas de un grupo de aniquilamiento de SL: el mayor PNP Javier Orlando Valdivia y el especialista Dionisio Rodríguez Alfaro, abatidos el 23 de abril y el 18 de enero, respectivamente.

El coronel PNP José Manuel Navarro era jefe de inteligencia de Tingo María y ejecutaba operaciones contraterroristas cuando el 13 de diciembre de 1999 lo mataron.

Tuvieron que pasar 10 años desde el primer asesinado para que otro miembro de esta área de inteligencia falleciera a causa de un atentado terrorista. Se trata del coronel PNP Abel Ferrando Ruíz; él iba en un helicóptero sobrevolando el río Ene aquel 23 de setiembre de 2002 cuando atacaron la aeronave. La misión que realizaba era la liberación de pobladores asháninkas secuestrados por el terrorismo.

Otros fallecidos son los técnicos de segunda PNP Wilson Melendez Vargas, Rubén Cadillo Cabracancha, José Cisneros y el brigadier PNP Gilbert Ayquipa. La vida de todos y cada uno de ellos fueron tomadas por terroristas; ellos simplemente buscaban la pacificación del país.

José Luis Gil: “La mayoría de senderistas fueron capturados vivos y sin disparar un solo tiro”

El exintegrante del Grupo Especial de Inteligencia, José Luis Gil, habló con Perú21TV acerca de los 40 años de la Dircote y la labor que ha desplegado hasta el momento.

Jose Luis Gil sobre el aniversario de la Dircote

¿Qué método utilizaba la Dircote para vencer al terrorismo?

Es parte de la evolución de la inteligencia a través de los años. El aporte de la Dircote fue cambiar la metodología. Antes la investigación iba por un lado y la inteligencia por otro; la genialidad de Benito Jiménez de unir estos dos procedimientos para poder hacer un solo método dio los resultados que dio y este es el mejor aporte que hemos podido hacer en los últimos 40 años.

Muy pocos de ustedes han sido denunciados por crímenes contra los derechos humanos. ¿Esto se debe a su forma de trabajo?

Este es el resultado del análisis estratégico que se hizo sobre el fenómeno en aquella época. En otros lugares se cometieron algunas violaciones de derechos humanos, pero nosotros tenemos una diferencia con cualquier otra fuerza y es que nosotros buscamos la prueba, buscamos preservar la prueba, identificar al criminal, establecer su nivel organizativo, su responsabilidad individual; es decir, hay una serie de tareas que la inteligencia cumple para poner a disposición de la justicia. O sea, tomar la justicia por mano propia no era y no es la misión de la Policía Nacional, sino, por el contrario, acumular la prueba suficiente, aplicando la inteligencia operativa. Por eso la mayor parte de los dirigentes de Sendero luminosos y del MRTA fueron capturados vivos y sin disparar un solo tiro.

¿Actualmente qué tipo de investigación utiliza la Dircote para enfrentar a estos remanentes terroristas?

Creo que vamos en cuerdas separadas con el tema del aporte a la evolución de la inteligencia. Paralelamente, el Estado no caminó en esa senda de la revolución de la inteligencia porque ha habido incomprensiones sobre esta función. Lo hemos visto desde Vladimiro Montesinos hasta ahora con Bermejo, Bellido y todas estas personas que han tratado de meterle un zarpazo a la Dircote; no ha habido este camino juntos entre el Estado y la evolución de la inteligencia, y nosotros esperamos que esto vaya cambiando. La Dircote se ha convertido en una antorcha viviente de la lucha contra el terrorismo y hasta hoy ilumina el camino hacia la democracia.



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