Para Rubén Rojas, hijo de agricultor asesinado por Sendero Luminoso en el Valle del Tambo en 1990, el terrorismo no ha terminado. Aún recuerda con mucho dolor los atentados terroristas en el Vraem.
“Dudo que el terrorismo haya terminado porque soterradamente se alienta . Recordemos que en el 1992 solo se ha dejado descabezada la cúpula dejando en actividad a quienes vivían del terrorismo. El ejército del Terrorismo quedó intacto. Siento impotencia por quienes alientan el proyecto senderista”, indicó.
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Recuerda cómo comenzó los atentados en el Vraem incluso antes de las masacres de Lucanamarca y Soras.
“Lo que hizo Sendero fue lo más cruel, por la forma de muerte que ellos daban. Recordemos que en Tambo, el 11 de octubre del 1981, Sendero hizo un ataque terrorista; con destrucción, robos de armas, muerte. Un valeroso policía, Jorge Vivanco, falleció producto de ese cruel ataque de Sendero Luminoso. Y por eso se dictó por primera vez la emergencia en 5 provincias de Ayacucho”, recuerda Rubén Rojas.
Después de este terrible episodio Sendero Luminoso ultimó a su padres quien se había enfrentado al grupo terrorista toda una década.
“Entraron a la vivienda de mi padre para asesinarlo, lo hicieron con arma de fuego le dispararon y lo ultimaron delante de mis hermanas menores mi hermana pequeña tendría 8 años mi otro hermano unos 5 años. Mi padre Juan Rojas Torres, tenía 54 años”, cuenta Rojas.