Ningún jalón de cabellos impedirá a Dina Boluarte seguir viajando a provincias. Lo ha dicho el premier Alberto Otárola, quien ha señalado que es en estas visitas al interior donde se nota el apoyo popular hacia la presidenta que es desaprobada por más del 80% de la población.
En Cusco, distintos gremios politizados no escondieron su rechazo ante la posibilidad de que la mandataria arribe a su región en los próximos meses, para inaugurar en la provincia de La Convención un túnel que se convertirá en una nueva ruta alterna para llegar a Machu Picchu.
Hasta la tarde del último lunes corría el rumor de que Boluarte llegaría ayer al distrito de Santa Teresa, junto al ministro de Transportes, para supervisar los avances de esta obra, lo que empujó al Frente de Defensa a convocar a la población a una reunión de emergencia en la plaza para coordinar de inmediato acciones sobre la ‘recepción’ a la presidenta. Finalmente, a esta ciudad solo llegaron el titular del sector, Raúl Pérez Rioja, y su viceministro.
Los cusqueños también rechazan que el gobernador regional Werner Salcedo haya acompañado a la presidenta en su visita a Ayacucho y lo acusan de traidor y de haberse aliado al Gobierno para privatizar los recursos y servicios públicos de la región.
PROTESTAN HOY
Representantes gremiales señalan que la presencia de Boluarte en el Cusco podría provocar una reacción violenta de la población. Por lo pronto, la Federación Departamental de Trabajadores (FDTC) y la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) han convocado para hoy una marcha regional para mostrar su desacuerdo con la actitud de Salcedo, su supuesta alianza con Boluarte y su protesta ante una posible visita presidencial. Ninguna reividincación social o económica.
Días atrás, el Consejo de Autoridades Originarias de Puno exigió al gobernador regional no permitir el ingreso de Boluarte ni de Otárola a la Fiesta de la Candelaria.
