"¡Sí podemos cambiar! Solo hace falta tomar la iniciativa para generar consciencia, empatía y respeto".
"¡Sí podemos cambiar! Solo hace falta tomar la iniciativa para generar consciencia, empatía y respeto".

Hace poco más de veinte años conocí Nueva York. Una ciudad impactante para quienes la visitan por primera vez. Los edificios amontonados, la muchedumbre en las calles, el parque central; son algunas de las cosas que más sorprenden a sus visitantes. A mí, sin embargo, me impresionó ver en la calle a una mujer agacharse para recoger las heces de su perro, con una bolsa que luego arrojó en un basurero cercano. Eso nunca pasará en el Perú, pensé. Pero me equivoqué. Años más tarde, la cultura de recoger las heces de las mascotas se fue arraigando en algunos distritos de nuestro país.

Pero una golondrina no hace el verano. Me puse a pensar en qué otras cosas habían cambiado para bien del Perú, y advertí que no hace mucho tiempo atrás, manejar después de haber consumido alcohol era algo común. Hoy en día, son muchos menos quienes se animan a incurrir en esa irresponsabilidad. Otro cambio altamente positivo en nuestra sociedad ha sido el uso frecuente del cinturón de seguridad para mitigar riesgos de accidentes, cuando hace poco tiempo atrás solía pasar desapercibido para la mayoría de nosotros.

Recientemente, asistí a una sala de cine y me di con la grata sorpresa que, al terminar la película, la mayoría de los espectadores recogían sus vasos de bebidas y envases de canchita de sus asientos, y los arrojaban en los basureros ubicados en la entrada para facilitar la limpieza de la sala antes de que comience la siguiente película.

Estos cambios no aparecieron espontáneamente. Fueron producto de iniciativas para generar conciencia de su necesidad. Todas estas iniciativas han funcionado y los peruanos han ido tomando conciencia de la importancia de respetarse a sí mismo y a los demás.

Si estos cambios fueron posibles, todo es posible. Podemos erradicar la mala costumbre de orinar en la calle, de tirar basura por la ventana, de adelantar por la vía auxiliar, de coimear funcionarios. Yo ansío el día en que, cuando llegue con mi carro a una intersección sin semáforos, hayamos aprendido que quien tiene el derecho de paso es quien llega primero. Creo que ese día habremos resuelto uno de los principales problemas del tránsito en el Perú.

¡Sí podemos cambiar! Solo hace falta tomar la iniciativa para generar consciencia, empatía y respeto. ¿De quién depende? De quien quiera el cambio. De nadie más.