Usted que camina por el Centro de Lima, Barrios Altos y el Rímac se habrá preguntado alguna vez por qué casas de hermosa infraestructura lucen tan descuidadas y a punto de venirse abajo. Pues bien, la respuesta está en la deficiente administración que les da la

Pero el abandono no es el único problema. Lo peor es que una banda organizada, aún en proceso de identificación, se está robando esos inmuebles.

Adulteran documentos registrales aprovechándose de que los notarios, por enfermedad o su avanzada edad, descuidan los archivos en donde se consignan los títulos de propiedad de estos codiciados inmuebles del Centro de Lima y alrededores. 

LAS COFRADÍAS
La mayoría de tierras del Centro Histórico de Lima, Barrios Altos y el Rímac fueron compradas desde el siglo XVII por las cofradías, archicofradías y congregaciones: grupos formados por devotos católicos para realizar obras de caridad y promoción de la vida cristiana. 

Desde la época colonial, estos grupos han construido edificios que hoy son admirados por su arquitectura. Sin embargo, una ley dictada en 1889, durante el gobierno del presidente Andrés Avelino Cáceres, transfirió la administración y custodia de los bienes de las cofradías, archicofradías y congregaciones a las beneficencias públicas.

El Perú salía de la guerra con Chile; unos años antes, Lima había sido invadida por el enemigo. La situación que vivía el país justificaba la ley de Cáceres. Sin embargo, el problema ha estallado siglos después porque esa norma ya no está justificada y, como señala el Colegio de Abogados de Lima en un documento de 2010, hoy “constituye una forma de abuso del Estado contra las personas jurídicas y su patrimonio”. 

A partir de la ley del siglo XIX, la Beneficencia Pública de la Municipalidad de Lima administra las propiedades de, por lo menos, 20 cofradías dueñas de aproximadamente 174 inmuebles en el Centro de Lima, Barrios Altos y el Rímac.

Con el paso de los años, los miembros de más de la mitad de las cofradías han muerto. Hoy, podemos encontrar solo siete activas. Las mafias de falsificadores y traficantes de terrenos acceden a esta información y logran identificar qué grupos de devotos han desaparecido, pero sus bienes han quedado bajo la deficiente administración municipal. 

Ubicación de los principales inmuebles de las cofradías, archicofradías y congregaciones.
Ubicación de los principales inmuebles de las cofradías, archicofradías y congregaciones.

El área legal del Arzobispado –donde están registradas las cofradías católicas– se pregunta cómo las mafias de terrenos se enteran de que hay cofradías sin miembros: la única respuesta es a través de la Beneficencia Pública de Lima. 

“La administración de la Beneficencia no ha sido óptima. En estos últimos años se han vendido inmuebles y como Iglesia estamos atados de manos porque el control de las propiedades lo tiene la entidad municipal”, señala Klepper Panduro, asesor legal del Arzobispado de Lima. 

ROBO A LA VIRGEN DE LA O
La congregación de seglares Nuestra Señora de la O es la cofradía que más inmuebles tiene en el Centro de Lima y en el Rímac administrados por la Beneficencia: en total son 120. 

En junio de 2017, la notaria María Mujica denunció ante la Fiscalía de Crimen Organizado que, en los archivos de un colega que acababa de fallecer, encontró seis casos de personas que habían sustraído escrituras públicas y minutas verdaderas para reemplazarlas por documentos falsos de apariencia idéntica con el único propósito de favorecer en supuestas transferencias de inmuebles a personas ajenas a la Cofradía de Nuestra Señora de la O.

Perú21 conversó con José Antonio Olaechea, abogado de la Cofradía de Nuestra Señora de la O, y este señaló que “se están perdiendo los inmuebles de la congregación por el incumplimiento de la ley por parte de la Beneficencia de Lima, al no dar una adecuada custodia y protección a los bienes”.

Desde hace varias semanas este diario ha intentado entrevistar a los funcionarios de la Beneficencia, pero a pesar de la visita al local del jirón Carabaya, correos electrónicos y llamadas telefónicas, la institución municipal ha decidido no participar en el informe, según nos comunicó la jefa de la Oficina de Imagen y Marketing.