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Luis Bedoya Reyes y su legado de respeto y decencia en la política
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Fue ejemplo de servicio al país y el referente de varias generaciones de políticos. Luis Bedoya Reyes, el líder histórico del Partido Popular Cristiano (PPC) falleció ayer a los 102 años en medio de esa apacibilidad familiar en la que solía refugiarse del trajín político que abrazó desde muy joven como parte del Partido Demócrata Cristiano y que luego abandonaría para formar su propia agrupación en 1966.
Chalaco de nacimiento, el abogado Bedoya Reyes supo, a lo largo de su carrera, tender puentes y buscar consensos. Fue ministro de Justicia y Culto en el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry, en 1963, pero solo por unos pocos meses. Su mirada apuntaba ya a la alcaldía de Lima que llegó a ocupar en dos períodos (1964 y 1969). Su obra emblemática fue la Vía Expresa de Lima a la que se sumó la ampliación de la Costa Verde.
Fue por ese entonces que el humorista Sofocleto le daría el apelativo de Tucán. Lo hizo porque Bedoya se negó a aceptar, fuera de plazo, la contrapropuesta de una empresa a la que el humorista representaba en un proceso edil de compra de una flota de buses. El líder pepecista supo sacarle partido y ante la proximidad de una campaña ideó la frase: “Tucán, tucán, tu… candidato”.
Años más tarde, en 1978, fue miembro de la Asamblea Constituyente donde, pese a ser el favorito para presidir la Cámara y el ofrecimiento explícito de la izquierda a apoyarlo para tal fin, cedió la conducción al aprista Víctor Raúl Haya de la Torre. Un gesto de desprendimiento que, al celebrar el centenario de su natalicio, él mismo recordó reiteradamente, quizás, porque –dicen quienes lo conocieron– marcó su trayectoria política.
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Fue candidato a la Presidencia de la República en 1980 y 1985. No logró ese reconocimiento popular. Sin embargo, Luis Bedoya Reyes fue, a lo largo de los años, una voz escuchada, respetada y consultada por políticos de todas las tendencias. “Cuando fundamos el partido fue para alcanzar el poder”, comentó en una entrevista que concedió a Perú21 con ocasión de su cumpleaños número 100 y la publicación de su libro Joven centenario, un trabajo de 800 páginas que escribió a mano a lo largo de año y medio porque, dijo, “no me he sentado nunca frente a una computadora”.
Hombre vital, deportista, agudo en sus apreciaciones y dueño de una fina ironía política, el Tucán se mantuvo siempre activo. Su última entrevista la concedió en febrero de 2020, en su cumpleaños 101, y en ella, una vez más, demostró extraordinaria lucidez.
Ayer, diversas personalidades destacaron su contribución a la consolidación de la democracia y lamentaron la partida de quien nunca dejó de pensar en el Perú.
Sus restos serán sepultados hoy en estricta reserva. Descanse en paz doctor Bedoya.
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Análisis: Marisol Pérez Tello// Secretaria general del PPC
“Fue amigo, maestro y líder”
Conocí a Luis Bedoya Reyes en el año 1986. Fue inspiración en el tema político y consecuencia. Lo vi como maestro, líder del partido, el amigo que te corrige fraternalmente y con cariño porque no siempre coincidimos. Fue una suerte tener ese referente de consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace; eso es difícil de encontrar.
Creo que una de las cosas que más se reconocía a sí mismo fue esa capacidad de renuncia que tuvo al ceder la presidencia de la Asamblea Constituyente a Víctor Raúl Haya de la Torre porque fue probablemente el acto más difícil de su carrera y para él quizás el más significativa gesto en favor del Perú.
Bedoya Reyes deja un legado de respeto en el trato y una enseñanza de que las ideas se combaten con ideas y no con calificativos ni insultos. Él nos enseñó que tienes que saber dónde estás y por qué haces lo que haces; este es un momento para recordar todo eso.
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