El pasado 11 de julio, un día antes de que venza el plazo para que los candidatos se afilien a una agrupación política, el expresidente Alejandro Toledo empezó a gritar en pleno juicio oral por el caso Interoceánica Sur (tramos II y III).
El expresidente interrumpió la audiencia, a cargo del Segundo Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior, para requerir atención médica de emergencia. Pero todo indica que iba a negociar con el Partido Demócrata Verde. Allí será senador.
Y lo acompañan Luis Bazalar y Alex Gonzáles, con quienes comparte el liderazgo. Y Richard Swing, claro.
El sacerdote Luis Bazalar fue sentenciado por violación sexual y luego fue absuelto. Ha manifestado varias veces sus intenciones de ser presidente de la República. También ha pedido la liberación de Antauro Humala.
Álex Gonzáles, dueño del partido, tiene un pasado toledista. Primero fue regidor aprista por San Luis en las elecciones municipales de 1986. Luego, se ligó a Susana Higuchi en su volátil partido, en 1995. Tras el fracaso del CCD, se lanzó al Congreso en 2001, ahora sí con Perú Posible. Y postuló como regidor por Maynas en las municipales de 2006. De aquellos años conoce al chakano.
Como alcalde, tiene llegada sobre el distrito más populoso del Perú, San Juan de Lurigancho. Nada despreciable para el ‘Helicóptero’.
“Yo tengo una carta bajo la manga, pero está todavía en ciernes”, dijo Doris Sánchez consultada por Perú21. La exministra de la Mujer confirmó que postularía al Senado. La excongresista que fue convocada por tres agrupaciones políticas. Pero finalmente se decidió por el Partido Demócrata Verde. Y no niega que pueda integrar la plancha presidencial, como se ha voceado en círculos cercanos al partido.
Para Sánchez, sin embargo, la candidatura presidencial de la agrupación aún está en veremos.
LA NUEVA CHAKANA
La estrategia de Toledo no solo es lograr la inmunidad parlamentaria. También pretende resucitar el partido de la chakana. Además de Doris Sánchez, se ha jalado a algunos históricos del toledismo, como la exviceministra de la Mujer Elizabeth Querol, y Ciro Almerí, hermano del exministro de Trabajo peruposibilista. Otro de los jales es Humberto Zanelli, exfuncionario del INABIF durante el toledato.
La gran sorpresa es la inscripción de Pedro Toledo, el hermano presidencial. Con eso se completaría la panaca toledista. “También hay muchos otros chakanos de mando medio”, agrega Sánchez, una de las fundadoras del partido.
Quienes conocen más al expresidente afirman que intentará copar el partido desde adentro. Toledo confía en el recuerdo de su gobierno, cantera de muchos de los actuales líderes políticos.
El caso de Pedro Castillo, por ejemplo, habría envalentonado al expresidente chakano, quien considera que el chotano es una mala copia suya. No solo porque Castillo fue el candidato de Perú Posible a la alcaldía de Anguía, en Cajamarca, allá por 2002. También por la estrategia de la victimización racial y reivindicación cultural. Si Castillo juramentó simbólicamente en Pampa de la Quinua, Toledo lo hizo antes en Machu Picchu.
La campaña mediática iría por esas coordenadas, inevitablemente. Toledo, el proto-Castillo, intentará recliclarse como el nuevo Castillo 2.0.
Y, para ello, su entorno estaría trabajando muy cerca de Martín Belaunde Lossio, un asiduo visitante del Starbucks de la Av. Benavides.
EXPRESIDENTES AL SENADO
Como se comentó en estas páginas, Toledo no sería el único expresidente que busca una curul en el Senado. PPK entabló conversaciones con Avanza País en esa línea, aunque el tema parece haberse congelado. Sería una forma de asegurar un buen arrastre. Y, simultáneamente, de proteger legalmente al exmandatario.
Otro que intentaría esa vía es Alberto Fujimori, aunque el fujimorismo intente desviar la atención proclamándolo como candidato. Finalmente, lo de Fujimori sería un retorno a su estratégica campaña de 1990, cuando se lanzó a la Presidencia para impulsar su candidatura al Senado. La historia se repite.
Irónicamente, hemos vuelto al escenario de la Constitución del 79, en el que un expresidente se convertía en senador en el Congreso siguiente a su mandato.
La diferencia es que antes lo hacían por la posteridad política. Hoy se hace por la inmunidad política.