Con el candor del burgués que vende la soga con la que lo van a ahorcar, Isabel Cortez comparó a Antauro Humala con Javier Milei. “Yo creo que, en nuestro país, otro loco no estaría de más”, dijo ‘Chabelita’, como si el etnocacerista fuese un despeinado cantante barranquino y no un fascista que promete secuestrar y fusilar a peruanos.

Roberto Sánchez, el Neville Chamberlain de JPP, intentó ponerle paños fríos al tema de la alianza aclarando diplomáticamente que solo están “empezando el diálogo” y “buscando coincidencias respetuosas”, porque aún “hay mucho pan que rebanar”.

Desde su radicalismo, Antauro ninguneó a algunas izquierdistas como Susel Paredes y Sigrid Bazán. “Este señor o señora, no sé cómo decirle, para mí habla sonseras”, le respondió a la primera. Y ya busca bloquear la inscripción de Verónika Mendoza.

Fuentes de JPP aseguran que el plan de la izquierda —que no aprendió nada de su pacto con Pedro Castillo— es subirse al carro de Antauro y saltar del vehículo en movimiento justo después de la primera vuelta, para así estar ilesos y prestos para un eventual voto en blanco. Más o menos como escapar de Sobibor para llegar a casa a la hora de almuerzo.

Vladimir Cerrón se regodeó con la alianza contra natura, acusando a Antauro de tener una bancada caviar. ¿Una reinterpretación de la ley de unidad y lucha de contrarios?

Desde el antaurismo también hubo resistencias, desde una ‘pechada’ personal al líder hasta un conato de revuelta etnocacerista. Ya calmadas las aguas, el entorno etnocacerista ha mantenido cierto optimismo. “Si lo vetan, le endosa a un militante”, dice un amigo personal del etnocacerista. “Lo importante es el nombre del partido”. Sin embargo, en el búnker reservista creen que no será necesario llegar a eso. Creen que cierta derecha insistirá en polarizar con Antauro Humala y por eso la mentada ley no se aprobará.

“Si nos chantan al ‘Chino’ al frente, bienvenido, porque ya nos sublevamos contra él en Locumba”, dijo Antauro tras el frustrado debate sobre la ley que le impide postular a sentenciados. “Si ya lo hicimos huir a su continente hace exactamente 24 años, estamos seguros de que lo vamos a hacer huir otra vez. Y contra Keiko también me sublevé, porque era primera dama”. Consultado sobre con quién quisiera competir, Antauro no duda. “De lejos, el padre, que es el creador. Los hijos están sobre los hombros del padre”, dice quien se considera “neuronalmente hechura del padre”. Al referirse a su soñada familia rival, Antauro parafrasea a González Prada: hasta el dedo tiene pus.

FUJIMORI Y ACUÑA:

DÍA DEL PADRE

Una foto tomada en Chimbote revela que la campaña naranja ya empezó. En la celebración por el Día del Padre se ve el afiche con el nuevo logo de la K, flanqueado por los rostros de Alberto Fujimori y Keiko. El primero está a la izquierda, con la banda presidencial incluida.

Tras el fiasco de la votación por la ley que impide candidatear a sentenciados, el fujimorismo ha acusado recibo. Un ala razonable viene reconsiderando la opción de plantear alianzas. Es el ala que sabe que calcula que tendrá que lidiar con la engorrosa transición, que será el escenario que manejará la Mesa Directiva si se concreta la vacancia en 2025. Una posibilidad siempre latente para que el partido de Acuña maneje el gobierno durante solo unos pocos meses, que, sin embargo, serán claves.

Acuña estaría apostando todo a esa transición. Y en ese juego hay al menos tres bandos.

En un lado está el entorno de Lady Camones, la candidata favorita para presidir la Mesa Directiva. La apoya Richard Acuña, la fuerza más activa de APP. Acuña hijo dirige el grupo más grande dentro de APP. Más incluso que su propio padre, a quien a veces corrige y enmienda la plana. Richard, además, coordina todo con Luis Galarreta, hombre fuerte del fujimorismo detrás de la Mesa.

Del otro lado está Eduardo Salhuana, el rival más fuerte que tiene Camones dentro de su mismo partido. Salhuana aspira a presidir la Mesa y acaba de reponer a Marisol Espinoza a inicios de junio, esta vez como asesora de bancada. Una provocación para el tercer bando, que es el del actual presidente del Congreso, Alejandro Soto. Espinoza, como se recuerda, salió de la DGA por su enfrentamiento con Soto y su oficial mayor. Y ha sido repuesta por orden de César Acuña Peralta. En ese grupo también están Jorge Gonzáles Oré, Yesenia Lozano y Lucho Valdez.

El enfrentamiento con la actual Mesa es inminente.

Soto, en las alturas, sigue anhelando la reelección, aunque es consciente de que ese sueño es cada vez más elusivo. Mientras tanto, anda cavilando sobre a quién darle su apoyo, en caso haya que recurrir a un plan alternativo. Entre Camones y Salhuana, parece inclinarse por la primera.

La Mesa Directiva de la posible transición sería manejada por APP, con Fuerza Popular completando el tándem desde la primera vicepresidencia. Y con parlamentarios de Avanza País, Renovación Popular, Somos Perú o incluso Podemos. Estos últimos son considerados “impredecibles” por un alto miembro del fujimorismo. La alianza del PPC con Avanza País, por cierto, sigue a todo tren, a diferencia de la alianza contra natura entre JPP y Antauro, que ya empezó a crujir. Hay sumas que restan.