Una versión de “Smooth Operator” de Sade con la letra cambiada, aludiendo a la icónica frazada de tigre, en manos de un DJ. Una espontánea conversación entre los conductores de Hablando huevadas advirtiendo sobre los riesgos de firmar una revocatoria.

Dos ejemplos de contenido digital en redes sociales, un día cualquiera. Y, sin embargo, han despertado las alarmas de la susceptibilidad preelectoral. Más de un tuitero cree que estamos ante mensajes direccionados. Ante publicidad encaletada o entretenimiento con agenda. Una no tan nueva forma de manejar una campaña política.

Más allá de estos casos puntuales que no se han confirmado, la sospecha es siempre saludable. Después de todo, ya hace muchos años se perdió la inocencia digital. Esa que creía que los blogs decían lo que los medios no se atrevían y que las redes sociales democratizaban el diálogo. La verdad terminó siendo más opaca. Internet fagocitó al papel y Twitter se convirtió en tierra de linchamientos a lo Ilave 2.0. El periodista digital se volvió el nuevo chol@ barat@ y la mermelada del Youtuber se tornó el bitcoin. Los medios independientes fueron a los medios tradicionales lo que los políticos independientes fueron a los partidos tradicionales de los 90. En una frase: más fáciles de comprar.

Que no sorprenda si se ven contenidos políticos, espontáneos o no. Incluso en influencers y youtubers apolíticos como La Fe de Cuto, Enfocados, Hablando con la Yaha, La Lengua o Emprendebroders. Avisados.

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