curas falsos
curas falsos

Para evitar ser sorprendidos por falsos sacerdotes, hay que tomar en cuenta que los verdaderos tienen un documento que los acredita para poder oficiar bautizos, matrimonios y otras actividades religiosas

Este es un carné que se le otorga a todos los sacerdotes católicos certificado por el obispo y arzobispo de su jurisdicción, según corresponda. Es semejante al de una licencia de conducir.

En él están registrados los datos básicos del sacerdote, como sus nombres y apellidos, fecha de nacimiento y las fechas de emisión y de caducidad del documento. Además tiene una foto del dueño del carné impresa digitalmente y también cuenta con un código de barras.

“Los sacerdotes tienen mucha movilidad entre las ciudades, por eso identificarlos no es tan sencillo si es que malas personas quisieran aprovecharse de la bondad de la gente”, comenta el padre Jesús Alfaro, de Piura.

Si bien los falsos curas perjudican económicamente a las personas, el daño grave es el espiritual porque sus aparentes acciones sacramentales son ilícitas e incluso inválidas en algunos casos, explica el sacerdote.

No pueden oficiar los ritos propios de los clérigos. Hasta pueden asistir un matrimonio, pero su presencia no legitima la unión, ya que el ministro auténtico recibe una potestad; si el que asiste es un falso cura y no la ha recibido, su presencia es absolutamente inválida”, precisa el padre Alfaro.