Germán Juárez Atoche. Fiscal del equipo especial Lava Jato. (Marco Ramón)
Germán Juárez Atoche. Fiscal del equipo especial Lava Jato. (Marco Ramón)

Han pasado cuatro años y recién, después de acusar al expresidente y a su esposa , el fiscal Germán Juárez se sienta a mirar el camino que lo llevó hasta este punto. En sus palabras hay mucha reflexión.

Le tomó cuatro años presentar la acusación, eso es un logro para la investigación. ¿Usted considera que en todo este tiempo ha tenido más satisfacciones que pérdidas?
Haciendo un balance, porque también tengo a mi cargo otras investigaciones emblemáticas, creo que es positivo. Pero ha demandado mucho esfuerzo, bastante trabajo y dedicación, porque son casos en los que existe expectativa a nivel nacional. Eso hace que esto sea una responsabilidad que uno asume con bastante ahínco para no defraudar a la ciudadanía que quiere justicia en el país.

Usted declara como fiscal, pero queremos conocer al abogado Juárez Atoche. ¿Cómo enfrentaron usted y su familia este largo proceso de investigación?
Ha sido bastante difícil porque pierdes tu privacidad. Cuando asumí este caso, prácticamente mi vida cambió. Tenía que cuidar a qué lugares iba, con qué amigos me juntaba, las salidas con la familia, los hijos. Tienes que cuidar tu imagen y eso limita. Dejé de ser el Germán Juárez que tomaba un micro, que caminaba por la calle, todo eso cambió porque hay que tomar medidas de seguridad.

¿Extraña esa vida que tenía antes de asumir este caso y de integrarse al equipo especial de la Fiscalía?
Sí, extraño eso porque yo era bastante amiguero. Cuando iba al norte, a mi tierra Sullana, me encontraba con mis amigos para hacer chacota y eso lo he tenido que dejar. A veces los amigos piensan que uno ha cambiado y que no quiere juntarse con ellos cuando la situación va por el lado profesional. Uno tiene que comportarse a la altura.

¿Siente que ha cambiado mucho su personalidad y la manera de ver las cosas?
Sí, ha cambiado todo. Pero uno sigue con la misma humildad de siempre. Con la familia, ahora las reuniones no pueden ser tan públicas como antes.

Usted no asumió el caso inicialmente, porque antes dos fiscales lo tenían a su cargo. ¿Cómo fue el proceso para que quede como el único encargado?
Yo estaba en la Fiscalía de Lavado de Activos cuando la carpeta la tenía el doctor Ricardo Rojas. Otra parte del proceso la tenía el fiscal José Castellanos, quien tuvo algunas incompatibilidades legales y no pudo hacerse cargo. Fue ahí que el doctor Rafael Vela me llamó para consultarme si podía asumir el caso. Yo le dije que no tenía ningún inconveniente porque yo había llegado a trabajar como titular en el despacho y estaba dispuesto a tomar un proceso emblemático.

Asumió el caso sabiendo que se enfrentaría al poder, porque la investigación inicial era contra Nadine Heredia. ¿Evaluó previamente el escenario?
Sabía a lo que me enfrentaba. Por eso hice la investigación sin apoyo de la Policía porque podía tener algún nexo con el Ministerio del Interior y la información se podía filtrar. Tenía que cuidarme porque podían buscar cualquier cosa para apartarme, debía cuidarme también del Servicio de Inteligencia del Gobierno.

¿Cómo fue enfrentar a la maquinaria del Gobierno? Humala salía cada semana a cuestionar su trabajo, incluso lo tildó en un momento de “mamarracho”.
Era una presión muy fuerte. Pero eso me hizo ver que yo estaba del lado correcto porque notaba desesperación. A medida que investigaba, encontraba varias cosas. Cuando interrogué a los aportantes y negaban los abonos, veía su desesperación. Eso fue evidente cuando tomé la declaración a Humala en Palacio de Gobierno. Él se puso altanero y le dije que yo tenía que investigar, y que si debía incluirlo en la investigación, lo iba a hacer al terminar su gobierno. Y así fue.

¿Humala intentó amedrentarlo?
Sí y fue altanero. Decía que él había creado las Fiscalías de Lavado de Activos y que, sin embargo, se le investigaba de manera injusta. Decía que había resoluciones (fiscales) que lo comprendían de manera injusta. Ahí le tuve que poner un alto y le expliqué que se trataba de una investigación seria y que debía guardar la compostura del caso.

¿Cuánto cambió su actitud cuando Nadine Heredia salió del país?
Ese fue un hecho bastante difícil. Todos los titulares informaban que Heredia se fugaba. Yo trataba de asimilar los golpes para que el personal que me apoyaba no se sintiera afectado. Yo había pedido un impedimento de salida del país cuando formalicé la investigación preparatoria y requerí comparecencia con restricciones para asegurar la presencia de los imputados en el proceso. No aposté por una medida tan intensa como la prisión preventiva. Pero cuando Heredia salió del país aduciendo que tenía un contrato con la FAO, eso hacía prever que ya no regresaría. Por eso requerí una variación por prisión preventiva y fue bastante duro porque tuvimos muy poco tiempo para sustentar la medida.

Ese fue un precedente para otros procesos del caso Lava Jato. Cuando la Fiscalía pide medidas severas, ¿están todas justificadas?
Así es. ¿Te imaginas pedir una prisión preventiva para un expresidente de la República y su esposa? Eso fue un escándalo, pero para tomar medidas drásticas como esa hay que pensarlo bastante. Lo primero que te dicen los colegas es “¿estás seguro? ¿Sabes lo que haces?”. Es que no se suele ver este tipo de cosas. Hay que tener la convicción y valentía de tomar decisiones. Esto dejó la sensación de que los fiscales podemos pedir medidas de esa naturaleza siempre que estén sustentadas.

Su caso ha sido muy volátil. Consiguió la prisión preventiva para Humala y Heredia, pero el Tribunal Constitucional (TC) lo anuló. El proceso sufrió muchos golpes.
Han sido varios golpes porque en el Poder Judicial ganamos los requerimientos y fue el TC el que les dio la libertad con una sentencia que tuvo sus críticas. Pero soy respetuoso de las instituciones y si el TC consideró que se había afectado derechos, a buena hora. Cuando salieron en libertad, seguimos con las investigaciones y con la actitud de terminar lo antes posible este proceso. Este tipo de casos son difíciles y complejos, y por eso la ley da 36 meses de investigación. El caso tenía hasta junio de este año, pero lo terminamos en enero. Se ha respetado los plazos y los derechos fundamentales de los procesados.

Hablemos de las conclusiones de su investigación. Usted pide la disolución del Partido Nacionalista. ¿Cómo justifica haber adoptado esa severa medida?
Esto ha generado bastante polémica entre los representantes de organizaciones políticas porque piensan que se rigen por la Ley de Partidos Políticos. Pero acá no vemos aspectos administrativos, sino hechos de contenido penal. El Partido Nacionalista ha sido instrumentalizado para lavar dinero, ante esto la ley dice bien claro que las personas jurídicas pueden ser incorporadas, como estipula el artículo 105 del Código Procesal Penal, para aplicarse consecuencias accesorias, como una multa, una sanción o la disolución. Los abogados del partido han efectuado su defensa. Ya en sala (segunda instancia) se ha establecido que un partido puede ser incorporado al proceso penal.

Hay abogados que señalan que en la norma no se especifica a organizaciones políticas como personas a las que se le puede aplicar la disolución.
Pero la ley menciona que se sanciona la responsabilidad de personas jurídicas, y se habla de asociaciones. Cuando se menciona las asociaciones, es un punto abierto; ahí entran los partidos políticos y los sindicatos que pueden ser usados para lavar dinero. En esa ley ya se contempla que tales personas jurídicas pueden ser sancionadas.

La defensa de la expareja presidencial y otros especialistas han calificado de excesiva su propuesta de condena para Humala y Heredia: 20 años de cárcel para el primero y 26 años para la ex primera dama. ¿Cuál ha sido su criterio para plantear esas penas?
El Código Penal establece que cuando hay concurso de delitos las penas se suman. Es decir, si por un delito cometido se castiga con cinco años y por otro delito con seis años, de acuerdo al Código, esos años se suman y serían once años de pena. Eso es lo que pasó acá. Tenemos hechos concretos que se le atribuyen a Humala y Heredia en las campañas de 2006 y 2011. En el caso de Ollanta, la pena mínima por lavado de activos es de diez años, y como él cometió el delito en dos años diferentes, entonces la pena es de 20 años. A Heredia se le imputa lo mismo, pero ella en 2011 realizó actos de conversión con el dinero de los aportes. Efectuó contratos ficticios para ocultar el dinero y con eso compró su casa, y por eso se sumó a 26 años de pena. No es un capricho del fiscal.

La defensa alega que no se ha demostrado el origen ilícito de los aportes de Odebrecht.
Ellos dicen que no sabían del origen ilícito, pero no es que Odebrecht les entregó el dinero por congraciarse. Lo que sucedió es que el ministro (Antonio) Palocci, del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), pidió a la empresa que apoye al Partido Nacionalista. Humala y Heredia sabían que el dinero no lo estaba dando Odebrecht sino el PT. Lo que hace Marcelo Odebrecht es sacar el dinero de un fondo destinado a coimear para dárselos. Si soy un político públicamente expuesto, debo saber cómo viene ese dinero. Acá no hay documentos que señalen que ese dinero salió de la Caja 2, entonces se evalúa la prueba indiciaria. Un candidato pudo saber de dónde provenían los aportes. Eso se va a explicar en el juicio oral.

Alberto Otárola, abogado de la expareja presidencial, asegura que tampoco se ha corroborado los aportes de Venezuela para la campaña de 2006.
Pero hay testigos que refieren lo contrario. Uno de ellos reveló que acompañó a los Humala a la embajada de Venezuela en Lima y que sacaron maletines con dinero para llevarlo al local de su partido. Otro señaló que vio maletines con dinero, incluso hay declaraciones de (Alejandro) Toledo y (Pedro Pablo) Kuczynski en las que señalan que Virly Torres traía dinero (de Venezuela). Hay otros testigos que indicaron que escuchaban decir “llegó dinero del papá (Hugo) Chávez”. Todos van a declarar en juicio.

TENGA EN CUENTA

- Germán Juárez investigaba también los aportes irregulares a la campaña contra la revocatoria de Susana Villarán. Pero ante la acusación en curso, la coordinación del equipo especial Lava Jato decidió derivar el expediente al fiscal Carlos Puma.

- Juárez tiene a su cargo los casos ‘Club de la Construcción’, Vía Evitamiento del Cusco y el de los árbitros pagados por Odebrecht.

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