ALERTA. La escalada de terror desatada por los extremistas por más de dos meses podría repetirse.
ALERTA. La escalada de terror desatada por los extremistas por más de dos meses podría repetirse.

En medio del silencio del Gobierno que no ha logrado tomar por completo el control de la región y que parece no tener aún una estrategia política, en Puno se comienza a cocinar, aunque aún a fuego muy lento, la posibilidad de reactivar las protestas contra la presidenta y convocar a una nueva marcha hacia Lima.

Ya en enero pasado su fracasada incursión a la capital solo sirvió para —bajo la fachada de manifestaciones pacíficas— reiterar el terror que impusieron en su región, provocando la destrucción de propiedades públicas y privadas.

Dirigentes sindicales, presidentes de varios frente de defensa, representantes vecinales y de distintas asociaciones de transportistas, vendedores y comerciantes de los mercados se reunieron en la localidad de Yunguyo el último sábado 6.

La convocatoria, sin embargo, tuvo entre sus promotores a viejos conocidos que estarían impulsando estas nuevas protestas en la región y una posterior tercera ‘Toma de Lima’. Este diario pudo conocer que a la cita sabatina se hicieron presentes, además, César Tito Rojas, dirigente de la Fenatep Puno y Lucio Colla Callata, personaje ligado al Movadef y cercano al expresidente Pedro Castillo.

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En la reunión se acordó el reinicio de las medidas de lucha con un paro seco regional de 24 horas el próximo 30 de mayo y una movilización a Lima que partirá el 16 de julio, llegando tres días después, y que busca la salida de la presidenta Dina Boluarte, el cambio de la Mesa Directiva del Congreso y nuevas elecciones generales. Esta vez dejaron de lado dos exigencias que formaron parte de su plataforma de lucha inicial: la excarcelación de Castillo y el cambio de Constitución.

Un nuevo encuentro para el 27 de mayo, esta vez en Azángaro, debe definir el camino que seguirá esta nueva medida de lucha.

Detrás de estas intenciones escondidas de sembrar otra vez el caos y el terror está el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (Conulp) y que tiene como cabeza visible, precisamente a Colla Callata. Este personaje está cargo de este comando de acción y ya coordina estrechamente acciones con la Fenatep-Movadef.

La delegación que se movilizará en Lima en lo que han denominado la Marcha por la Dignidad, la integrarán unas dos mil personas y debe quedarse en la capital hasta el 27 de julio, día en que juramente la nueva Mesa Directiva del Congreso.

PARO NO PRENDE

Golpeada aún por la grave crisis económica que dejó la violencia desatada hace unos meses y que generó decenas de muertes, los puneños ven aún con desconfianza las intenciones de este sector por impulsar una plataforma de acciones que podría devolver a su región al caos.

Para el analista político Iván Arenas, los sectores de la izquierda están divididos en torno a esta protesta, lo que podría llevar al fracaso su objetivo final. “Los que están detrás de esta asonada están ideologizando el paro y la gente de Puno ya está un poco cansada del tema Castillo y la Constituyente, y no quieren paro. Hoy prefieren dedicar su tiempo a recuperar aquello que perdieron con las protestas”, señaló.

El especialista, sin embargo, no descartó que, de acuerdo a las acciones que tome la Fenatep en el transcurso de las semanas, la protesta pueda alcanzar mayor aceptación y advirtió que también dependerá de la reacción del Gobierno. “El Gobierno no tiene una estrategia política y social para Puno, lo único que tiene es una estrategia militar y solo con eso no sirve. Tiene que trazar un horizonte y una estrategia de comunicación política. Hasta ahora el Gobierno ha sido incapaz de establecer una agenda y no tiene estrecha relación con alcaldes de esa región. No tiene estrategia o no le interesa tenerla”, dijo a Perú21.

En la agenda de acciones de quienes impulsan las protestas, además, está marcado el 7 de junio. Ese miércoles, Día de la Bandera, se impedirá el izamiento del Pabellón Nacional en todas las plazas. Una decisión de la que, según Arenas, los extremistas que impulsan estas medidas podrían sacar provecho, pues generaría enfrentamientos con la Fuerzas del Orden. En junio también se convocará a un paro macrorregional de 48 horas.

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