Como su compañero de plancha, Dina Boluarte se apoyará en sus aliados del Congreso para sostener el último tramo de su gobierno. Tras negarle el retorno a Otárola, Boluarte cuenta, además, con el apoyo de su nuevo equipo de inteligencia y su abogado estrella para salir del vía crucis.

LO NEGARÁS TRES VECES

La madrugada del domingo, el periodista Carlos Paredes tuiteó el actual “premier Gustavo Adrianzén recomendó a la presidenta Dina Boluarte convocar a Alberto Otárola para manejar la crisis desatada por los relojes y joyas. Mientras Boluarte lo pensaba, allanaron su casa”. No es la primera vez que el expremier busca acercarse a la presidenta. Desde su accidentada salida, Otárola ha buscado posicionarse en puestos estratégicos. Primero se le voceó como el reemplazo del propio Adrianzén en la OEA. Luego, como asesor presidencial. Pero fuentes cercanas a Boluarte explican que ella no lo quería en Palacio. Finalmente, intentaron ubicarlo como asesor FAG. Pero todo acercamiento se truncó definitivamente con el mensaje de la ministra de Vivienda y la réplica de Otárola en Twitter.

Boluarte le negó el cargo tres veces. Y luego cantó el gallo.

Hoy, la relación parece haberse quebrado de forma definitiva.

Otra habría sido la historia si Otárola se hubiera alejado en diciembre de 2022, cuando la relación entre ambos ya se estaba enfriando. Para fines de enero, cuando retiran de la DINI al general (r) Roger Arista por el jalón de pelo en Ayacucho, ya el tándem se había quebrado. Y los cambios de febrero solo evidenciaron que ya no era Otárola quien decidía en el gabinete.

La salida de Arista fue clave para cambiar la correlación de poderes. Primero, porque una pariente suya tuvo un rol protagónico en los líos del expremier. Segundo, porque él y su jefe habrían estado tras más de un complot palaciego para aislar a Boluarte. Intrigas que incluían fotomontajes, chats de WhatsApp truchos y seguimientos a los ministros de Nicanor. Todo eso habría generado inevitables anticuerpos.

El reciente jale de un exdirector de la DINI confirma el golpe de timón.

HALCONES Y PALOMAS

La pugna en el Ministerio del Interior es parte del tema de fondo. Y es la razón por la que trajeron a Víctor Torres de los Estados Unidos. Las luchas intestinas entre los halcones palaciegos y las palomas incluyeron metidas de cabe y jaladas de alfombra como el robo de armas a los policías encargados de la seguridad del hijo de Boluarte. Y como el reciente “robo” del cuaderno de ocurrencias de la casa de la presidenta.

Hace pocos meses, algunos periodistas señalaron la inusual cantidad de policías que rodeaban la casa de Los Halcones 326. Lo dijo, por ejemplo, Milagros Leiva en Willax. Vecinos de la calle también precisaron que la pista estaba rota por demasiado tiempo. Y las obras de la Municipalidad de Surquillo parecían demorar todo el verano. A decir de un exmiembro de inteligencia, entre los halcones y las palomas, la clave estaría en Las Codornices.

NO TODO ESTÁ CONSUMADO

Quienes ya dan por perdido al gobierno de Boluarte olvidan que al final todo depende de los votos. Y la oposición ni siquiera ha podido censurar a Torres. Los comunicados de partidos como Fuerza Popular, Alianza para el Progreso (APP), Somos Perú y Renovación Popular cuestionando el allanamiento ya anuncian la dirección del viento. A eso se le sumaría pronto Avanza País. La voz de Vladimir Cerrón también pesa. Sobre todo tras el mensaje de Boluarte, quien anunció que hay un reportaje en el que se explica qué hacía el auto asignado al despacho presidencial en el exescondite de Cerrón, afuera del condominio Mikonos, a la altura del kilómetro 107 de la Panamericana Sur en Asia.

A la hora de los votos, el gobierno parece tener la mano ganadora. Las negociaciones implican mantener la actual correlación de fuerzas en la próxima Mesa Directiva del Congreso. La presidencia del Congreso la mantendría APP, seguido de Fuerza Popular, Perú Libre y Avanza País. Y, aunque Soto busca repetir el plato, otros aspirantes son Eduardo Salhuana y Lady Camones. Esta última sería la favorita, considerando que su presidencia se truncó en 2022. La carta del fujimorismo sería Patricia Juárez, quien también viene agarrando viada en una probable plancha electoral.

Mientras tanto, Boluarte se encomienda a Mateo. No al apóstol sino al exfiscal Mateo Castañeda. El exabogado de José Luna Gálvez también solía recibir las visitas de Vladimir Cerrón.

El tiempo juega a favor de Castañeda. Como explicó en RPP, la investigación es aún incipiente, la notificación fue irregular y el reportaje de los Rolex solo muestra algunas fotos a distancia. Distinta habría sido la historia si, en vez de apresurarse en soltar el dato, un equipo periodístico hubiera explicado la ruta de las joyas al detalle, con inequívocos números de serie y boletas de pago. Y, sobre todo, lo que el regalón admirador habría obtenido a cambio. En la misma entrevista, Castañeda no descartó que los relojes pudieran ser falsos. Cabe mencionar que la Policía no ha incautado los relojes: solo les ha tomado fotos.

La misma historia se aplica a las pulseras. Fuentes cercanas a la presidenta habrían descartado la teoría del novio enamorado. Pero estarían en capacidad de imponer la narrativa de las joyas de fantasía, incluyendo detalles casi idénticos a los de la mentada Love Pave de Cartier. Una simple búsqueda en Amazon arroja resultados satisfactorios.

“Parece un concierto”, acusa Castañeda sobre la coincidencia periodística con la Fiscalía. Interesante mención del reconocido exfiscal, acaso el principal crítico del sistema de la colaboración eficaz. Hasta tiene un libro al respecto.

Desde otras latitudes, una fuerte denuncia contra el actual fiscal de la Nación promete remecer los cimientos de la Av. Abancay.

Arduo trabajo el que le espera a Castañeda, pues ya se habla de bolsos, anillos, aretes y hasta operaciones estéticas.

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