Delia Revoredo Marsano, una dama de honor. (Archivo El Comercio)
Delia Revoredo Marsano, una dama de honor. (Archivo El Comercio)

La exmagistrada del Tribunal Constitucional y exdecana del Colegio de Abogados de Lima asumió hace unos días la presidencia del, una instancia donde se buscará que los candidatos en estas elecciones 2021 no conviertan la campaña en una plataforma de insultos y difamaciones. Delia Revoredo tendrá esta tarea secundada por su trayectoria, que –en los años dominados por la mafia de Vladimiro Montesinos– la llevó a enfrentarse al poder que ejercía este nefasto personaje y el presidente de ese entonces. Recuerda su lucha y les da una lección de decencia a los personajes que quieren dirigir los destinos de nuestro país.

Antes de iniciar con los temas de la entrevista, ¿qué opina de estas nuevas medidas de confinamiento que se han dictado?

Son necesarias, no sé si completamente adecuadas. El Perú es uno de los países más afectados por el COVID-19. Somos un país pobre y tenemos que tomar muy seriamente las medidas que impone el gobierno y también imponernos medidas nosotros mismos. Pensar en la muerte porque a los mayores de 65 –entre los que estoy yo– si nos da, hay un gran porcentaje de morir; y la verdad, la muerte me aterra. Yo no me quiero morir todavía, y como yo piensan muchos.

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Usted me dice “la muerte me aterra”, cuando se enfrentaba a la mafia de Montesinos, ¿también tenía miedo morir?

No, porque en la juventud se cree uno invencible, inmortal. Yo no me asustaba en lo absoluto. Sabía que corría gran peligro, se lo habían advertido a mi esposo a través de un general. El custodio que yo tenía puesto por el Tribunal Constitucional le contaba a Montesinos todo lo que yo hacía. Yo sabía eso, pero no me daba miedo. Ahora a esta edad ya veo la muerte más cercana, pero no quiero morir con dolor.

Ahora, después de algunos años, ¿qué valoración tiene de esos hechos?

Con toda franqueza a mí me dio mucha pena que los demás magistrados (del Tribunal Constitucional), los otros cuatro, que no estuvieron con los doctores Rey y Aguirre Roca, tuvieran miedo y retiraran sus votos de la sentencia (que impedía la re-reeleción de ). Yo los increpé y les dije qué les pasa, por qué dan marcha atrás. Me explicaron “han venido a buscarnos, tenemos miedo y no queremos firmar la propuesta”. De alguna manera los comprendo porque encontrarse y ponerse a pelear con el poder político que era Montesinos era muy peligroso. Entendí su posición, pero no la perdono. Los principios éticos tienen que estar por encima del bienestar personal. Yo les decía, aunque maten a mis hijos yo no voy a traicionar mis principios de honor porque mi madre desde los cinco años me los inculcó, y el colegio Belén y la Universidad Católica.

¿Qué sintió cuando cayó Montesinos?

Yo estaba en Australia por una invitación. Mi hija Delia Teresa me llamó y me dijo: “Mamá, mira lo que ha ocurrido con Fujimori” y al día siguiente regresé con mi esposo al Perú para ver cómo había quedado el TC, el Colegio de Abogados y tomar las riendas de nuevo.

¿Usted cree que hay herencia de la época de los noventa en la actual política peruana?

Esto ocurrió en el 97, 98. Hace muchos años. Yo creo que los políticos en su afán de obtener el poder olvidan, muchas veces, los principios éticos y entonces surgen las mentiras, la falsedad y aumenta la ambición. Esconden mucho de los asuntos que no les conviene que nosotros sepamos. Prometen lo que saben que no van a poder cumplir, y nosotros les creemos. Cuando llegan al poder, no lo cumplen y nosotros nos sentimos defraudados. Y no tienen sanción por haber obtenido ese cargo presidencial o congresal con mentiras. Los ciudadanos no tenemos cómo hacerlos responsables de habernos engañado, al votar, con promesas falsas.

Y entramos en una nueva campaña.

En esta campaña probablemente va a haber insultos, celos, envidias que no se deben dar en un país civilizado. Los candidatos deben comportarse como caballeros o como damas. Ojo con el racismo y la claridad en las cuentas con las donaciones que reciben. Invoco a los candidatos para que aprovechen esa tribuna que van a tener en la campaña para aconsejarle a la población que guarden las reglas sanitarias contra el COVID-19.

Antes de iniciar la entrevista, me dijo que usted había sido bien brava. Imagino que sacará ese carácter en el Tribunal de Honor para llamar la atención a los candidatos que no cumplan con los principios éticos o las medidas sanitarias.

Nada me encantaría más porque el carácter lo tengo, y dicen que el genio y figura hasta la sepultura. Pero no puedo, la función del Tribunal de Honor no es dirigirse directamente contra el candidato que infringió las normas. Uno de los principios del tribunal es la confidencialidad. Si la falta es muy grave y lo amerita, sí podemos denunciar esa conducta ante el Jurado Nacional de Elecciones. En principio toda nuestra actuación es reservada.

¿Y el potencial elector cómo se va a enterar cuál es la norma que incumplió el candidato?

Tenemos pronunciamientos y las denuncias ante el JNE. Los pronunciamientos no sé si pueden ser públicos o no, pero en principio sé que el Tribunal de Honor no debe hacer olas, sino aplacarlas. Si las olas son muy grandes, dirigirlas al Jurado Nacional de Elecciones.

Se firmó el Pacto Ético y fueron tres los partidos que no firmaron.

Efectivamente. Nos dijeron que eran 17 los que iban a firmar el Pacto Ético. Los que firman estos documentos reconocen al Tribunal de Honor, pero en esa oportunidad solo firmaron 14. Faltaron UPP de José Vega, Perú Libre de Pedro Castillo y Renovación Popular de Rafael López Aliaga. Probablemente lo suscriban posteriormente. Habrá que indagar.

¿Qué espera de esta campaña que prácticamente tendrá un formato nuevo?

No se necesita estar presente para hablar con la gente. Hay avances tecnológicos para que su voz se escuche. Tienen plataformas a su alcance para decir la verdad. Y hablar con compostura para no ofender. Tienen todo para explicar sus cuentas, y también para advertir sobre las medidas contra el COVID, para que te vean con la mascarilla puesta cuando sales. Las limitaciones no son graves. Para que todo el Perú sepa sus principios y cuáles son sus planes, lo pueden hacer como lo estamos haciendo en esta entrevista (virtual).

¿Usted ha analizado el comportamiento de este Congreso de transición? Le pregunto porque muchas de sus leyes se han caído en el Tribunal Constitucional por ser populistas.

No puedo contestarte porque ahora estoy en una posición en que tengo que guardar reserva. Lo siento. Si no fuera integrante del Tribunal de Honor te, contestaría con muchas ganas.

Bueno, y para usted, ¿cuál debería ser el perfil de los nuevos integrantes del TC que elegirá el próximo Congreso?

Yo creo que bastaría con que sean hombres de honor. Ser un hombre de honor significa vivir tu propia escala de valores. Valores intelectuales y morales. Los intelectuales te hacen buen profesional, un buen abogado, etc. Lo que nos interesa son los valores morales o éticos: vivir con veracidad, ser honesto, ser tolerante con los demás, sin odios ni revanchas, tener respeto por los demás, y sobre todo decir siempre la verdad, aunque te duela, aunque te cueste y decir toda la verdad sin reservas mentales. Yo lo vi en el TC con los magistrados que no suscribieron la sentencia que no permitía la re-reelección presidencial. Es el miedo al poder o al dinero; entonces inclinamos la cabeza ante los que tienen poder. Es la naturaleza humana, pero hay que vencerla. Cuesta mucho sí, pero si queremos morir felices con la vida que hemos llevado hay que tratar de hacerlo.

¿Y usted cómo resumiría la vida que ha llevado?

La vida que he llevado… Yo en principio agradecería la manera como la he vivido. He tenido una vida un poco azarosa, pero con mucha suerte. He sido y soy muy feliz con mi esposo, con mis hijos y nietos. Pero la felicidad no viene gratis, cuesta conseguirla y la consigues sobre todo con valores éticos, más que con valores intelectuales. Yo he estudiado muchísimo y estoy contenta de mi vida intelectual. Pero eso se queda chico frente a la satisfacción que tengo de haber dicho la verdad siempre. Generalmente he tratado de vencer mis ganas de vengarme, de insultar, de romper platos.

¿En algún momento quiso vengarse de Montesinos?

Claro que sí. Quemaron la camioneta de mi esposo con su hija adentro y nos denunciaron por haber traído al Perú un automóvil con los argumentos de que habíamos pagado los impuestos y que lo habíamos ingresado por el Callao ‘para que no se notara que era contrabando’. Era mucho el acoso contra mí y contra nuestras familias. Yo no tenía las armas ni la manera de ganarle a Montesinos. Solo pude salir del país, Costa Rica me acogió y la OEA recibió mi denuncia. Fueron días difíciles. Sin embargo, estoy satisfecha de haberme enfrentado al poder político defendiendo la Constitución. A mi esposo le dijeron “controle a su esposa”, y yo le pregunté a Jaime ¿me vas a controlar?, y él se rio.

TENGA EN CUENTA

  • “Me siento muy honrada de estar en este tribunal con Susana Baca, Tarcila Rivera, Oswaldo Hundskopf y Gastón Soto Vallenas. Estoy muy contenta de estar con ellos”, dice Revoredo.
  • Estas personalidades fueron propuestas por el JNE y ratificadas por las organizaciones políticas durante las reuniones que sostuvieron para aprobar los compromisos del Pacto Ético Electoral.
  • El Tribunal de Honor emitirá pronunciamientos, a cuyo respeto se someten, de modo voluntario, las agrupaciones políticas y los candidatos que participarán.

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