En su primera presentación internacional en el marco de la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el presidente Pedro Castillo anunció que el Perú “sostendrá relaciones diplomáticas con todos los países de América Latina y del mundo sin ninguna discriminación”. Lo hizo ante los mandatarios y cancilleres de los 33 países que conforman la CELAC, pero principalmente frente al dictador venezolano Nicolás Maduro y al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a quienes el mensaje les llegó directo y sin intermediarios. Ambos estaban presentes en la sala.
La postura del jefe de Estado peruano contrastó con la de su homólogo de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien aclaró que su presencia en la cumbre no implica un reconocimiento al gobierno de Maduro. El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, también habló con claridad. Cuestionó a los países donde “no hay una democracia plena, (...) separación de poderes y donde no se respetan los derechos humanos” y agregó que ve “con preocupación” lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Colombia también rechazó la presencia de Maduro.
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El internacionalista Miguel Rodríguez Mackay cuestionó que Castillo haya dejado eventualmente la puerta abierta para que el Estado peruano mantenga “vinculación con las dictaduras y gobiernos autocráticos cuestionados y con tipificaciones por violaciones de derechos humanos”. “(...)La política exterior estaría en riesgo. En el sistema internacional funciona el dime con quién andas y te diré quién eres”, declaró a Perú21.
En ese escenario, consideró importante que el canciller Óscar Maúrtua aclare lo expresado por el presidente toda vez que –alertó– se podrían generar quiebres en la aspiración del Perú por forjar un lazo de integración y cooperación con la Unión Europea y otros países. ”Que Maúrtua aclare si se va a mantener una relación diplomática y política con Venezuela, Cuba o Nicaragua de la misma manera como la tenemos con Colombia, Ecuador, Chile, Argentina”, reclamó.
El exvicecanciller Eduardo Ponce Vivanco, en tanto, señaló que Castillo ha demostrado que hay una gran distancia entre lo que dice y hace su gobierno en el Perú y lo que él manifiesta en foros internacionales como el CELAC.
“Es de una inconsistencia criticable. (...) Un país tiene derechos y, a veces, el deber de establecer ciertas diferencias con dictaduras. Castillo busca un pretexto para tener relaciones muy amigables con Cuba y Venezuela”, remarcó, tras advertir que habría de parte de Castillo “una intención de pretender reemplazar a la OEA por la CELAC”.
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