Esta casa editora está de luto. La tarde de hoy, con mucho dolor tomamos conocimiento del fallecimiento de nuestro columnista Carlos Tapia García, quien dejó de existir a la edad de 79 años, víctima del COVID-19.
Tapia fue un respetado hombre de izquierda que no cayó en radicalismos. Enérgico y reflexivo. Era admirado hasta por quienes no pensaban como él. Su consecuente defensa de las ideas lo convirtió en un necesario y destacado analista de nuestra realidad.
Fue diputado por Izquierda Unida en el periodo 1985-1990. Una etapa oscura para el país por el sangriento accionar de Sendero Luminoso. Su lucha contra el terrorismo lo erigió, sobre todo en estos tiempos, en una fuente abundante de información y de memoria.
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Participó de la elaboración del informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). Investigó a detalle el despliegue del sanguinario grupo subversivo que intentó socavar los cimientos de la democracia en el Perú con miedo y muerte.
Pero también advirtió los abusos que cometieron los miembros de las Fuerzas Armadas durante los enfrentamientos para detener el avance de los terroristas encabezados por Abimael Guzmán.
Tapia era ingeniero agrónomo y su mejor obra fue estudiar la construcción del terrorismo en el país para que sea descubierto y expuesto. “Sendero Luminoso era una ideología hecha organización para la destrucción y la muerte”, respondía cuando se le consultaba sobre SL. No hubo más precisa y mejor definición.
Su última entrevista pública la ofreció a este diario en diciembre. Esa vez, demostró nuevamente sus conocimientos de la época del terrorismo al detallar la estructura jerárquica del Ejército y la participación del hoy acusado candidato presidencial Daniel Urresti en el asesinato del periodista Hugo Bustíos, en 1988.
Carlos Tapia publicó varios libros, entre los que se destaca La autodefensa armada del campesinado y Sendero Luminoso y FF AA: dos estrategias y un final.
El Perú ha perdido a un gran político en un contexto en el que abundan los improvisados. Su ausencia definitivamente se sentirá. Descanse en paz.