“La verdad es una sola. Debo reconocer que fue una equivocación haber aceptado en calidad de préstamo estos relojes”, se justificó Boluarte cambiando su versión, y varios días después de responderle al país que el Rolex —ahora prestadito nomás— que supuso el inicio de estas sospechas fue producto de su esfuerzo, de su trabajo de largos años, y que eso de que era un “artículo de antaño”, lo dijo por un reloj que adquirió hace dos años. “Como esos relojes no son de mi propiedad no estaba obligada a declararlos en la declaración de bienes y rentas”, se defendió la jefa de Estado, explicando que Oscorima le prestó los relojes “en el ánimo de querer representar bien al país”.