A menos de una semana de haber jurado como presidente del Congreso, el legislador de Alianza para el Progreso (APP), Alejandro Soto, asegura que no se aferra al cargo y que “hay intereses” —no dice de quién o quiénes— para apartarlo del puesto.
Ayer, en declaraciones a la prensa, volvió a rechazar que haya 55 denuncias o investigaciones fiscales en su contra y expresó que se ponía a disposición de la Comisión de Ética para las indagaciones pertinentes, a sabiendas de que dicha instancia legislativa todavía está pendiente de conformación.
“No tengo antecedentes penales ni judiciales y ese andamiaje de haberme atribuido 55 denuncias que luego se han caído a nueve y ahora se caen a tres demuestra que no hay una investigación seria. (…) Creo que es harto conocido que hay mucha gente (a la) que no le interesa que un provinciano sea presidente del Congreso”, añadió en una suerte de victimización más que de descargo.
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DENUNCIAS
Entre tanto, en algunos bloques políticos se empezaría a barajar la posibilidad de una eventual censura al titular del Parlamento. “Habría que evaluar, hay que actuar con objetividad, transparencia y paciencia; (…) Habrá que ver los elementos y tomar una decisión en bancada”, manifestó Edgard Reymundo, vocero de Cambio Democrático-JPP.
En ese contexto, el vocero de APP, Eduardo Salhuana, informó que ha solicitado al Ministerio Público un reporte oficial de las denuncias contra Alejandro Soto.
En redes sociales se difundieron publicaciones de 2021 en las que el mismo Soto reconoce que Lizeth Peralta Salas, madre de su hijo y hermana de una de sus trabajadoras Yeshira Peralta, era su enamorada y que evidenciarían que su relación no fue tan fugaz como él lo ha sostenido.