¿No sientes el olor de tu perfume, ni de un rico guiso? La pérdida del olfato se convirtió, desde la primera ola, en uno de los síntomas clave que reafirma que una persona tiene COVID-19. ¿A qué se debe que una persona tenga anosmia (cuando se pierde la capacidad de oler)?
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó la pérdida del olfato en la lista oficial de los síntomas de COVID-19 e incluso la American Academy of Otolaryngology-Head and Neck Surgery lo señalaba como un indicador para diagnosticar la enfermedad.
Aunque con la variante ómicron se ha reducido este síntoma, muchas personas continúan perdiendo de un momento a otro la capacidad de oler y preguntándose cuándo lo podrán volver a tener. ¿Por qué ocurre este síntoma y cuánto dura?
Dos estudios se pronuncian sobre esta afectación como consecuencia del COVID-19.
Existen dos tipos de pérdida del olfato que las personas experimentan en casa, de acuerdo con una publicación del diario ABS News:
Un 45% de los pacientes con COVID-19, que experimentan una pérdida parcial o total del olfato, recupera el olfato en dos o tres semanas como máximo, sin mayores complicaciones. Pero hay un 7% de los afectados que necesitan más de tres meses, señala el diario La Vanguardia.
Si después de tres semanas, tras superar el virus, el paciente no ha recuperado el olfato, es recomendable acudir al especialista, al otorrinolaringólogo, y plantear una terapia de rehabilitación, indica Maria Foglia, Directora Otorrinolaringología H. Sant Joan de Reus. Esta puede constar de una estimulación olfativa, en la que se utiliza un set de olores, con olores muy comunes, y se le pasa a la persona para que los huela a diferentes concentraciones. Oler aromas excesivamente intensos, que pueden provocar irritación, por lo que es recomendable hacerlo siempre de la mano de un médico y no por cuenta propia.
El olfato es el sentido corporal con el que se perciben aromas y sustancias dispersas en el aire. Estudios recientes muestran que los humanos somos capaces de discriminar un billón de olores y no 10,000 como se pensaba hace 100 años, indica el diario La Vanguardia. Sin embargo, muchos pacientes con COVID-19 pierden esa extraordinaria capacidad.