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MRTA hace apología del terrorismo y procurador denuncia a Víctor Polay
En 1992, la Policía logró recapturar al cabecilla de la organización terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), Víctor Polay, después de dos años desde que se había escapado del penal Castro Castro. Pese a que el delincuente ha permanecido 28 años en prisión, no se ha arrepentido de sus delitos y así lo plasma en una publicación de su autoría llamada Revolución en los Andes, en la que enaltece los atentados perpetrados por el MRTA.
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En 1992, la Policía logró recapturar al cabecilla de la organización terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), Víctor Polay, después de dos años desde que se había escapado del penal Castro Castro. Pese a que el delincuente ha permanecido 28 años en prisión, no se ha arrepentido de sus delitos y así lo plasma en una publicación de su autoría llamada Revolución en los Andes, en la que enaltece los atentados perpetrados por el MRTA.
Perú21 advirtió que el pasado 28 de agosto un grupo de seguidores de Polay había organizado la presentación virtual del libro, que fue difundido a través de redes sociales. Ante el hecho, el procurador antiterrorismo Milko Ruiz denunció al recluso y a los que resulten responsables por el delito de apología del terrorismo. “Víctor Polay justifica las acciones terroristas cometidas por el MRTA en los atentados de la toma de la residencia del embajador de Japón, así como del caso Los Molinos, haciendo hincapié en la heroicidad que tuvieron sus actores miembros”, se indica en la denuncia.
En ese sentido, el procurador Ruiz advirtió que “cualquier persona que incurra en el delito de apología será inmediatamente denunciada y estaría sujeta a recibir una pena de hasta 15 años de pena privativa de la libertad”.
Polay tendrá que enfrentar esta denuncia a solo seis años de culminar su condena, que finaliza el 3 de enero de 2026.
LIBRO ENGAÑOSO
En la publicación, el autor formula afirmaciones falsas con el objetivo de confundir a los lectores y ganar adeptos. Por ejemplo, escribe que un miembro del MRTA debe estar “dotado de una moral superior; por eso inculcamos que un tupacamarista debía ser el más respetuoso de las leyes de la guerra. Jamás atacar a la población civil, respetar a los prisioneros, cuidar a los heridos”. Pero esto está totalmente fuera de la realidad.
En setiembre de 1992, los emerretistas secuestraron al empresario David Ballón Vera y pidieron dinero por su rescate. Después de cinco meses sin llegar a un acuerdo, lo asesinaron. Cuando la Policía encontró su cuerpo, no lo reconocieron, pues apenas pesaba 40 kilos y tenía la barba crecida. Durante el tiempo como rehén, bajó 50 kilos.
“El empresario fue sometido a condiciones de privación de alimentos y maltrato físico durante su cautiverio y fue finalmente ejecutado mediante disparos de arma de fuego en el cráneo por sus secuestradores”, concluyó la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Los policías de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) están analizando detalladamente la publicación para establecer todos los fragmentos que demuestren la comisión del delito de apología. En tanto, es necesario recordar que los miembros del MRTA no fueron luchadores sociales, sino terroristas.
A continuación, algunos extractos del libro de Víctor Polay al que tuvo acceso este diario:
“Me siento en condiciones físicas y mentales aceptables y como proclama la canción de Edith Piaf ‘Je ne regrette rien’, es decir, no me arrepiento de ninguna manera de mis convicciones y asumo toda la responsabilidad por mis actos. Mis sueños y anhelos no han mermado en estos años. Guardo la esperanza de que cuando vuelva al seno de mi pueblo, las nuevas generaciones me den un campito, aunque sea de soldado raso”.“Deberíamos felicitarnos como pueblo, porque los combatientes del MRTA, a pesar de estar armados con fusiles automáticos, granadas de guerra y explosivos, prefirieron morir antes que atentar contra los rehenes indefensos (de la residencia del embajador de Japón), convirtiéndose así en verdaderos herederos de nuestro Caballero de los Mares, el gran almirante Miguel Grau”.“Todos los secuestros y retenciones, como los llamábamos los del MRTA, fueron reivindicados públicamente y se hicieron por motivos políticos, reivindicativos o económicos”.“Si nuestro objetivo era el poder, era inevitable tener una estrategia y una organización política y militar capaz de derrotar en estos campos a la reacción, como la única posibilidad de un triunfo”.“A Sendero Luminoso siempre lo calificamos como una fuerza del campo popular, incluso cuando ya se conocían sus múltiples crímenes contra el pueblo y la izquierda. En una fecha tardía, como era 1988, en nuestro Comité Central insistimos y le enviamos una carta pública que se difundió en más de cincuenta mil folletos con los acuerdos de nuestro Comité Central, donde los llamábamos a la reflexión y el diálogo, para evitar inútiles enfrentamientos”.
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