Armó un escándalo y lloró como un niño. Un delincuente suplicó e intentó persuadir a los serenos de la Municipalidad Provincial de Huanta de no ser detenido luego de haber desmantelado un mototaxi en la Plaza de Armas de Huanta, en Ayacucho.
El sujeto se dio a la fuga cuando fue descubierto por el propietario del trimóvil, pero a los pocos metros fue atrapado.
"Por favor, jefe, se lo suplico, yo no... por favor, ayúdeme", suplica en medio del llanto el sospechoso.
Minutos después y pese a sus desconsoladas súplicas y lágrimas, el hombre fue conducido a la comisaría del sector. Su caso está a cargo de la Fiscalía.
Los vecinos aseguraron que siempre robaba por esa zona.