El hambre y la necesidad nunca esperan, y en un país en el que la pobreza monetaria aumentó por segundo año consecutivo, la realidad es que muchos ciudadanos se ven anubarradamente obligados a acceder a alternativas para conseguir dinero de manera rápida que los ayude a subsistir y a cubrir necesidades incluso básicas.

Una última encuesta realizada por Ipsos en abril de este año demuestra que un porcentaje considerable de peruanos ha accedido en algún momento a un préstamo informal. Es decir, el 9% de peruanos en zonas urbanas ha accedido a uno de estos créditos que fueron brindados, sea por personas, establecimientos o incluso aplicaciones digitales. La pregunta se realizó en un universo de 1,100 personas, entre hombres y mujeres del sector urbano en todos los niveles socioeconómicos.

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RELEVANTE. Encuesta muestra que casi el 10% de la población urbana ha accedido a un préstamo informal.
RELEVANTE. Encuesta muestra que casi el 10% de la población urbana ha accedido a un préstamo informal.

Los resultados muestran un evidente interés por parte de estos ciudadanos por conseguir dinero fuera de las opciones que están reguladas en el marco formal del sistema financiero. Por ejemplo, un dato interesante a nivel geográfico es que el porcentaje aumenta cuando se les formula la pregunta a ciudadanos del interior del país, donde el 11% de ellos asegura haber accedido a un préstamo informal.

Dentro de ello, es la zona Oriente, que abarca a ciudades como Iquitos, Pucallpa y Tarapoto, donde se concentra el mayor porcentaje de ciudadanos que asegura haber accedido a uno de estos préstamos: 31%. Le sigue el Norte del país con 11%, donde están las ciudades como Trujillo, Piura, Chiclayo o Cajamarca.

En el desagregado de los niveles socioeconómicos se visualiza un porcentaje de personas que pertenecen al sector C y D, que son justamente los niveles que aglomeran al grueso de la población en el país, quienes aseveran en mayor medida haber accedido a este tipo de financiamiento. Según los resultados, un 11% y 10%, respectivamente, respondió afirmativamente la pregunta. Por su lado, le siguen los niveles socioeconómicos B y E con un 7% ambos, y 3% en el sector A.

También la encuesta muestra que son los hombres quienes llegan a verse ligeramente más convencidos por recibir un crédito informal, ya que, en el desagregado de género, 10% de los hombres respondió que sí, a diferencia del 9% de las mujeres que fueron encuestadas.

ENTENDIENDO EL PORQUÉ

Miles de ciudadanos simplemente desconfían de las opciones que les ofrece el sistema bancario formal; los prejuicios persisten y terminan cayendo en círculos viciosos de préstamos con tasas de interés impagables que los llevan a tener muchas más deudas aún y, en el peor de los casos, acaban siendo víctimas de una extorsión que los puede llevar a la muerte.

Al respecto, Gonzalo Manrique, economista senior del Instituto de Estudios Peruanos (IPE), señaló a este diario que el resultado de la encuesta es bastante significativo; es un grupo grande de personas que están inmersas en ese mercado y que podrían estar accediendo al formal, pero que lamentablemente por ahora no tienen ese acceso.

“Estamos hablando de cerca de 580 mil hogares en el sector urbano que han solicitado un crédito de un prestamista, de alguna casa de empeño. Iquitos, por ejemplo, es una ciudad donde es bastante común el uso de estos créditos informales y la práctica está más o menos institucionalizada”, indicó Manrique.

Con respecto a los resultados, Guillermo Loli, director de Estudios de Opinión en Ipsos, aseveró que el margen de error puede variar según la muestra. “Lo ideal sería que el porcentaje sea cero, pero no es así. Esta realidad existe, es perversa y es un indicador principal del tema de extorsión, ya que, si no les pagas, hay toda una dinámica delictiva”, mencionó a Perú21.

La encuesta exhibe que el grupo más grande que accede a préstamos no regulados por el sistema financiero formal es el de personas que tienen entre 26 y 42 años, un grupo poblacional que está más familiarizado con el consumo y uso de las tarjetas de crédito, créditos vehiculares o hipotecarios.

“Muchos son emprendedores o independientes. Hay un grueso sector de la población que de alguna forma está activa y que quiere acceder a un préstamo; no necesariamente lo puede hacer por las limitaciones que tiene el sistema o por las complicaciones que la legislación tiene, lo cual hace que se complique el acceso. Son quienes necesitan liquidez”, aseveró Loli a este diario.

Los resultados de esta encuesta pueden tener relación con otra realizada también por Ipsos en junio de 2023, en la que el 8% de la población encuestada mencionó haber sido víctima de extorsión en el último año.

Manrique añadió que hace dos años identificaron en una encuesta que existía bastante desconfianza de la población de los sectores más bajos respecto a los créditos bancarios y que acceder o no a uno informal es una decisión más o menos pensada.

“Las personas eligen el crédito informal porque es un trámite rápido donde no les piden requisitos. Incluso no les importa pagar una tasa de interés mayor porque saben que no podrían acceder al sector formal con las características que tienen. Tal vez no tienen una boleta de ingresos de sueldo, o si hacen un negocio, no son formales, etc.”, aludió el economista.


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