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El norte y centro del país celebran a lo grande los carnavales después de dos años
Cajamarca, Piura, Junín, Huánuco y hasta Arequipa tuvieron eventos masivos el último fin de semana. Entre pintura, talco y agua, turistas y lugareños comparten la esperada festividad.
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Suena una banda musical de fondo. Platillos, trompetas y tambores le dan ritmo a alguna canción típica de carnaval que, quizás por costumbre, todo lugareño y turista se termina por aprender. Las historias en cada región son diferentes pero igual de alegres y coloridas.
Las calles del distrito de Catacaos, en Piura, se mantienen en silencio hasta que un grupo de personas, completamente mojadas y pintadas de pies a la cabeza, pasan por la avenida donde usted reside y todos se suman a la fiesta. Saltan, caminan abrazados y ondean banderas mientras piden a los vecinos que se asoman por sus balcones “agua, agua”.
Sin importar los 39 grados de calor y la sensación térmica de 43 grados, desde niños de cinco años hasta adultos de 60 se lanzan pintura, agua, cerveza y hasta tinta violeta como señal de que se ha dado inicio el carnaval cataquense, festividad anual que desde hace dos años no se celebraba y que ha vuelto para dar color a Piura, tras las devastadoras pérdidas que dejó la pandemia.
Las fiestas de carnavales en este distrito piurano empezaron antes, con el tradicional “manguerazo”, a cargo de los bomberos locales, el 20 de enero. En esa ocasión, el carnaval fue denominado “Ronnye Sernaqué Imán”, el nombre del expresidente de la sociedad carnavalesca anfitriona, Auriverde.
Tal como se acostumbra, esta y otras cinco agrupaciones (que se distinguen unas de otras por sus colores) concursarán, con danzas tradicionales, algarabía y un corso, por el primer lugar en el carnaval de la conocida Villa Heroica.
Pese a que toda la festividad se ha desarrollado con tranquilidad, algunos lugareños señalaron a este diario que manifestantes en contra del gobierno de Dina Boluarte intentaron impedir la celebración. “Quisieron protestar, pero no los dejamos, la gente se les enfrentó”, contaron a Perú21.
Y es que el carnaval de Catacaos fue uno de los primeros que se iniciaron en todo el país, a pesar de la convulsionada situación que se vivía en el sur, donde se tuvieron que reprogramar o suspender las celebraciones.
Piura estima una ganancia de S/5 millones y la visita de alrededor de 15 mil turistas tras la decisión de no cancelar la festividad. “Preferimos el turismo”, indicaron.
La fiesta cataquense finalizará este martes 21 de febrero, con una yunza y un baile lleno de cumbia, cebiche de caballa, chicha de jora y, por supuesto, su refrescante clarito.
Cajamarca masiva
La colorida cuna del carnaval tampoco se dejó afectar por las protestas en otras regiones. Cajamarca se pintó de color y siguió con normalidad con el Carnaval del Reencuentro, que se celebra desde el 18 de enero y que verá su fin el próximo 22 de febrero.
El pasado fin de semana, la tradicional fiesta del Ño Carnavalón fue imponente. Miles de ciudadanos se bañaron de agua y pintura mientras caminaban desde la Av. Independencia hasta el fórum Qhapac Ñan coreando y bailando coplas cajamarquinas.
Esta región no fue la única en seguir adelante con sus festividades. En ciudades de Huánuco, Junín y Huaraz, entre otros lugares del norte y centro del Perú, también se celebró a lo grande el carnaval. En Arequipa, Cayma no desaprovechó la ocasión y también salieron a las calles a celebrar.
Tenga en cuenta
El alcalde de Cajamarca, Joaquín Ramírez Gamarra, fue quien dio el visto bueno del carnaval en 2023, con el objetivo de reactivar el turismo.En Puno, tras la cancelación de la Candelaria y por las protestas, se estima una pérdida de S/300 millones.
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