De hecho, diversas fuentes señalan que la tradición católica se remonta al siglo II y se trata de un gesto de respeto frente al sacrificio del hijo de Dios en la cruz. Además, de acuerdo a la Biblia, los ayunos de Jesús, como el que realizó en el desierto por 40 días, serían una referencia para la costumbre de no comer carnes rojas a modo de penitencia. El Jueves Santo se conmemora la última cena, mientras que el Viernes Santo se recuerda la crucifixión, siendo días claves dentro de la Semana Santa.