(Foto: AFP)
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Si el es un tema sensible de tocar y es capaz de asustarnos de mil maneras a nosotros los adultos. ¿Qué queda para los más pequeños? Para los niños de la casa que también tienen que conocer del tema para que aprendan a entender por qué deben quedarse en casa tantos días sin salir, o por qué deben lavarse las manos la mayor cantidad de veces al día posible.

¿Cómo les explicamos a ellos lo que está sucediendo en el Perú y en el mundo? Seguramente no será una tarea fácil. Giovani Díaz Gervasi, psicólogo clínico de la Salud e investigador de la Universidad Católica Sede Sapientiae, nos trae cinco consejos sobre cómo hablarle sobre el covid-19 a los más chicos.

1. Informarles con la verdad.

En este sentido, los padres deben buscar y trasmitir sólo información de fuentes fidedignas y autorizadas, vale decir del Gobierno del Perú, Ministerio de Salud o de la Organización Mundial de la Salud, ya que en Internet, redes sociales o, incluso, en los mismos noticieros y diarios, hay mucha información especulativa o distorsionada que crea ansiedad e ideas falsas sobre el COVID-19. Asimismo, no evitar hablar del tema. Podemos preguntarles acerca lo que saben, de sus dudas y cómo se sienten frente a esta situación.

2. Escucharlos.

Escucharlos es básico y muy probablemente el primer paso para llegar a ellos. Aclarar sus dudas con información real y brindarles apoyo emocional, hacerles sentir protegidos y seguros (como a todo niño) es esencial. Es necesario explicarles que el grupo de mayor riesgo son los adultos mayores para que ellos también participen en casa si es que tienen alguno(s) y así conozcan quienes están más expuestos al virus. Este dato puede reducir su ansiedad y aumentar su productividad y autocuidado en casa.

3. Brindar protección.

La protección se brinda a nivel afectivo y a nivel de acciones protectoras, como lavarse las manos con frecuencia, estornudar y toser cubriéndose la boca y la nariz con el codo flexionado, evitar tocarse la cara, evitar el contacto cercano con cualquier persona, sobre todo si el niño ha estado fuera de casa. Por la realización de cada acción de protección, el niño puede recibir un pequeño premio. Puede ser un dulce, un momento de TV o un simple “muy bien hecho”, “eres el mejor”, “así se hace” por parte de los adultos. Es importante que el niño entienda que es solo una etapa y que luego volverá a jugar con sus amigos, etc.

4. Ser ejemplo

Transmitir calma y seguridad con sus acciones. Expresarse hacia el niño con un lenguaje que pueda entender, según sus propias vivencias y preferencias. Cada padre o cuidador adulto conoce como mínimo al niño y lo que le gusta y no. Evitar el contacto con personas alarmistas o que comentan contenidos insanos o muy crudos frente a los niños. El responsable de esto es el adulto no el niño.

5. Organizar responsabilidades en casa.

Es prudente mantener los horarios de la familia y un orden en el día para promover la actividad y la diversificación de responsabilidades. El niño es partícipe de la protección. Motivar la conversación en casa de temas diversos, experiencias, anécdotas, proyectos. El niño debe percibir que la vida continúa y seguirá su normal curso. Los momentos de esparcimiento dentro de casa son importantes. Aprovechemos estos días para aumentar la unión familiar ya sea limpiando, jugando, participando de labores domésticas, repasando algún curso, leyendo, viendo televisión constructiva o películas familiares.

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