No es ajeno que, en los últimos años, las han emergido como fuerza motriz en el tejido empresarial peruano, contribuyendo de manera significativa a la y dejando su huella en diversos sectores. La creatividad y la determinación son parte intrínseca de la cultura emprendedora y han sido las mujeres quienes han destacado por su constante resiliencia y visión.

En el Perú, el aporte de las mujeres -como emprendedoras- en la economía local es fundamental para el país. De acuerdo con el Ministerio de la Producción (Produce), existe un total de 1 ‘353,719 mypes que son lideradas por mujeres y, en los últimos cinco años, las cifras femeninas se incrementaron en más de 87,000 emprendedoras, según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho).

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Para Giulliana Cateriano -Directora Comercial de Openpay Perú by BBVA-, estos números denotan la importante participación de la mujer en el desarrollo económico del Perú. “Según Produce, del total de los emprendedores en el país, el 42.9% son mujeres; es decir, casi la mitad, lo cual es una representatividad significativa y que se espera pueda incrementar progresivamente. Por ejemplo, en el 2022, esta cifra creció en un 3.1% con relación al 2021. Esperamos que para finales de este año, hayamos superado ese número”, explica.


Navegando desafíos con determinación

Cateriano señala que la decisión de emprender hay múltiples motivos: una oportunidad de negocio o simplemente por necesidad. “Contar con financiación o con capital, es un paso necesario antes de embarcarse en un emprendimiento. Además, la educación en administración, tecnología y marketing online son un valor añadido para los emprendedores”, menciona.

En este aspecto, si bien el ecosistema emprendedor peruano ha evolucionado y la fuerza laboral femenina es protagonista en esta transformación, aún persisten aspectos relevantes que se deben continuar trabajando. Sobre ello, la ejecutiva explica 5 oportunidades que podrían permitir la mejora de la realidad de las emprendedoras peruanas:

  1. Fomentar la educación financiera: Invertir en programas de educación financiera específicos para que las mujeres emprendedoras puedan empoderarse con el conocimiento necesario y tomar decisiones financieras informadas, gestionar sus negocios de manera eficiente y acceder a servicios financieros de manera más efectiva.
  2. Desarrollar políticas y programas inclusivos: Los gobiernos y las organizaciones empresariales pueden contribuir al cambio creando políticas inclusivas y programas específicos para apoyar a las mujeres emprendedoras. Estos programas podrían incluir incentivos fiscales, subvenciones y facilidades de acceso a crédito.
  3. Mayor uso y acceso a la tecnología: La tecnología puede ser una aliada poderosa para superar barreras geográficas y mejorar el acceso a servicios financieros. Facilitar el uso de plataformas digitales y soluciones tecnológicas puede ser crucial para las mujeres emprendedoras en regiones remotas; por ejemplo, las redes sociales y el ecosistema digital también las puede ayudar a potenciar sus ventas. Alrededor del 60% de microemprendedoras peruanas posee un smartphone, representando una oportunidad para sus negocios, según el BBVA; sin embargo, el avance de la inclusión y alfabetización digital de las mujeres debe seguir avanzando para así reducir el impacto de la pandemia. “El 15% de las mujeres emprendedoras tienen como aliados a las redes sociales, las cuales representan el 10% de sus ventas mensuales”, expresa Cateriano.
  4. Fomentar la diversidad en el ecosistema empresarial: Promover la diversidad en el ecosistema empresarial no solo es ético sino también beneficioso para la economía en su conjunto. Facilitar la participación activa de las mujeres en todos los niveles, desde la creación de empresas hasta la toma de decisiones, fortalecerá la resiliencia y la innovación en el ámbito empresarial.
  5. Sensibilización y cambio cultural: Fomentar la igualdad de género implica abordar los estereotipos culturales arraigados. Promover campañas de sensibilización que desafíen los roles de género tradicionales y destaquen los logros de las mujeres emprendedoras pueden contribuir a cambiar percepciones y crear un entorno más inclusivo.

“Comenzar un negocio o pequeña empresa es el primer paso hacia el camino del empoderamiento económico; sobre todo, para las mujeres, este factor es importante para así tomar mejores decisiones sobre su economía individual y/o familiar; del mismo modo, las impulsa a una mayor participación activa en la economía peruana. En la lucha por la igualdad y la inclusión financiera, cada esfuerzo cuenta como un paso hacia un mañana donde el emprendimiento femenino no solo sea celebrado, sino también plenamente apoyado”, remarcó la especialista.


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