(Foto: Alessandro Currarino | Archivo GEC)
(Foto: Alessandro Currarino | Archivo GEC)

Los vientos siempre favorecen a quienes están en el poder. El Ejecutivo tiene oficinas, personal, presupuesto y todo el aparato de comunicación del Estado a su favor, y gracias a esa maquinaria posiciona su discurso y estrategia confrontacional. Por eso existe el Estado de derecho para limitar el poder de los gobernantes y garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos.

Esto que debe ser elemental para quien quiera hacer política, parece no quedar claro para una oposición que desde el inicio ha tratado de guardar balas de plata y persistir en una absurda acusación constitucional a Castillo por traición a la patria, lo cual solo ha servido para darle el oxígeno que necesita para mantenerse en el poder y seguir capturando el Estado.

Y resulta más absurdo aún que ante el hecho de que el Tribunal Constitucional les haya enmendado la plana, sus conceptualizadores como Lourdes Flores piensen que se trata de una derrota dulce porque demostraría que hay una irrestricta división de poderes y que no hay amenazas golpistas. ¿En serio? ¿Hacen una denuncia constitucional para demostrar que hay separación de poderes?

En plena visita de la misión de la OEA convocada por un presidente que manipula y se victimiza, ¿creen que sus conclusiones en este caso van a ser que hay separación de poderes? ¿No se les ocurre pensar más bien que llegarían a la conclusión de que hay un sector de la oposición y del Congreso que está persiguiendo a un presidente con despropósitos? ¿Jamás se les ocurrió que insistir en ello ponía en riesgo otras denuncias en las que sí hay sólidos sustentos?

Realmente esto no ayuda en nada a luchar contra el poder corrupto y autoritario de Castillo, y aquí no concuerdo con el análisis del columnista Richard Arce en este diario (Perú21 23.11.2022) en que llamó a esto un triunfo pírrico de Castillo. Discrepo precisamente porque los vientos siempre favorecen al poder. Todo esto le suma, todo esto le da más poder, más tiempo, más protección, la suficiente para permanecer en el gobierno.

Castillo no necesita grandes triunfos, necesita precisamente este tipo de victorias, que las gana de a pocos, con las que se va haciendo inamovible ante una oposición cobarde, tímida, inexperta, sin habilidades para saber escuchar, incapaz de reflexionar que tiene las de perder ante el Ejecutivo y que por eso debe ser más pensante, íntegra y valiente.