Vicepresidencias del Congreso ¿Qué ofrecen?

“Poco se dice de los tres vicepresidentes, sus funciones y atribuciones. ¿Por qué debería importarle esto al ciudadano? Pues porque los vicepresidentes reciben a su cargo oficinas de suma importancia para el desempeño del Parlamento”.

Mucho se habla en julio de la elección de la Mesa Directiva del Congreso, así como de las cualidades que deberían tener los candidatos a la presidencia. Sin embargo, poco se dice de los tres vicepresidentes, sus funciones y atribuciones. ¿Por qué debería importarle esto al ciudadano? Pues porque los vicepresidentes reciben a su cargo oficinas de suma importancia para el desempeño del Parlamento, como la Oficina de Participación Ciudadana y el Fondo Editorial (primera vicepresidencia), las Oficinas de Cooperación Internacional y Asesoramiento Científico (segunda vicepresidencia), y las Oficinas de Enlace con el Ciudadano y Calidad Legislativa (tercera vicepresidencia). Siendo estos encargos de naturaleza temporal, todo el personal en dichas oficinas (pagado con dinero de contribuyentes) es contratado, ratificado o reemplazado y hasta promovido cada año a criterio del vicepresidente de turno. Así, las vicepresidencias del Congreso resultan ser muy codiciadas, porque el partido/bancada del congresista en cuestión tiene la oportunidad de designar, ya sea funcionarios altamente competentes y experimentados o —lo que lamentablemente suele suceder— colocar en dichos puestos a “cuadros” partidarios, allegados y familiares. El copamiento de oficinas es una práctica histórica y ocurre con absoluto desprecio por la idoneidad profesional, pudiendo coronarse con denunciados y prontuariados. Un caso (de muchos) que me tocó vivir de cerca fue el de la Oficina de Asesoramiento Científico, la primera de su tipo en Latinoamérica, creada luego de dos años de intensas gestiones, para darle al Congreso la capacidad de legislar basándose en evidencia científica y prospectiva, como se hace en países desarrollados. Con la llegada de Perú Libre a la segunda vicepresidencia, la oficina terminó plagada de militantes de este partido, nada idóneos para esta importante labor. Las oficinas del Congreso no deben usarse para pagar favores políticos o negociar candidaturas a la Mesa Directiva. Urge implementar concursos públicos e imponer la meritocracia en el Parlamento.

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