(Fotos:  Perú Libre / Hugo Pérez / Archivo)
(Fotos: Perú Libre / Hugo Pérez / Archivo)

Las remesas de vacunas continúan llegando al país. Y tiene toda la razón el presidente Francisco Sagasti cuando afirma que su distribución en las regiones del país debe ejecutarse de forma equitativa y respondiendo al avance de la pandemia en cada zona del territorio nacional.

No obstante, nos permitimos insistir con nuestra exhortación: el gobierno debe vacunar cuanto antes a los candidatos que han pasado a la segunda vuelta.

Sin mencionar a los numerosos cuadros partidarios que se infectaron en el camino, recordemos la cantidad de postulantes tanto al Congreso como a la Presidencia que cayeron víctimas del COVID-19 durante la primera vuelta. José Vega (Unión por el Perú), Marco Arana (Frente Amplio) y George Forsyth (Victoria Nacional), por mencionar a los más notorios y, en el caso del último, los analistas coinciden en que la enfermedad perjudicó severamente el rush final de su campaña, pues se encontraba entre los siete aspirantes que durante meses estuvieron peleando el liderazgo en las encuestas.

Si Pedro Castillo o Keiko Fujimori fueran contagiados, se presentaría una situación tan inédita como peligrosa, ya que los planes de campaña que estuvieran llevando adelante se verían considerablemente mermados, favoreciendo, desde luego, la posición de quien haya quedado en pie.

Lo que decimos es que el patógeno fatal está jugando también este partido. Y, en cualquier caso, de enturbiarse la contienda electoral por obra del virus, el gran perdedor sería el Perú.

Estamos en pleno pico de la segunda ola y, como hemos dicho en otras oportunidades, es enorme la cantidad de peruanos que no se cuidan como es debido, sea por necesidad de trabajar o por simple, mendaz irresponsabilidad. Y algunos de ellos participan o son cercanos a las actividades de ambas candidaturas, aparte de la exposición pública que demandan los constantes desplazamientos y giras difundiendo sus propuestas en provincias y distritos muchas veces con altos índices de infección.

Es imperativo, entonces, señores del gobierno, señor ministro de Salud, que se vacune de inmediato a los dos finalistas de esta segunda vuelta. El Perú los necesita sanos, por lo menos hasta el día del nuevo sufragio.