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¿Un político serio, o delirante?
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Julio Guzmán ha abierto la puerta presidencial del Partido Morado a George Forsyth y Salvador del Solar. Algunos tomaron esta oportunidad para ridiculizar a Guzmán, refiriéndose a él como una “mascota” que estará contenta con tal de salir en la foto de grupo. Por otra parte, Guzmán merece reconocimiento por tomar un paso que requiere humildad, y por haber construido uno de los partidos más serios en este Congreso.
Guzmán constata que aún tiene aspiraciones para ser presidente, pero esta apertura sugiere que él reconoce que hay candidatos con posibilidades superiores. Idealmente, los candidatos presidenciales deben priorizar lo que es mejor para el país sobre su gloria personal. Consecuentemente, Guzmán estaría dispuesto a ceder el liderazgo, demostrando madurez política.
El líder morado también señaló que “la candidatura a la Presidencia la deciden las elecciones internas”. Francamente, una primaria entre Guzmán y un candidato más atractivo sería una formalidad. Guzmán ha surgido de la nada antes, pero, con tres por ciento en las encuestas, el sueño presidencial podría parecer un delirio. Además, Guzmán ha fallado en dos elecciones. En la más reciente, los morados lograron menos congresistas de lo esperado.
Aparte de la ambición presidencial, Guzmán ha creado un partido que ha destacado en el Congreso por aferrarse a políticas objetivas y a principios más que otros. Por ejemplo, frente a políticas controvertidas, como la ley aprobada sobre los peajes, la bancada morada ha sido una voz cautelosa. Asimismo, los morados dejan claro que son progresistas en temas sociales. En consecuencia, para consolidarse como un partido serio, tendrán que elegir al líder correcto para 2021.
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