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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

Al parecer, algo falló en el acuerdo previo entre el Ejecutivo y los miembros del Tribunal Constitucional y, al final, ni la sentencia favorecerá a Antauro Humala ni se quedan los magistrados con cargo vencido. Quizás por ello vemos tanta improvisación: los magistrados redactando una nueva sentencia y buscando firmas y los congresistas intensificando sus negociaciones.

Los nombres de los ahora postulantes al máximo organismo de control de la constitucionalidad nos hacen vislumbrar que la crisis puede continuar, y quizás también por otras causas. Los postulados son personas que han actuado o se han mostrado públicamente –sin miramientos y hasta con orgullo– como enemigos tenaces de ciertas organizaciones y colectividades políticas.

¿Cómo se puede afirmar que alguien es independiente y candidato cabal para magistrado del TC, cuando este ha pregonado por todos los medios su odio hacia diversos sectores políticos del país y ha servido incondicionalmente a un presidente, a un régimen o a una tendencia política, cuyas causas –como denunciante o como denunciado– llegarán al Tribunal?

¿Es independiente y garantía de una sentencia imparcial y ejemplar quien se ha mostrado abiertamente antiaprista y antifujimorista, quien se ha manifestado públicamente a favor de la llamada "reelección conyugal", quien es claramente anti-'caviar', antitoledista, antiizquierdista y antiorganizaciones de derechos humanos?

Adicionalmente, los candidatos son políticos con abismales diferencias ideológicas, temperamentos complicados y personalidades difíciles.

¿Cómo va a trabajar este 'colegiado'? ¿Tendremos un TC autónomo, imparcial e independiente?